El índice de precios al consumo (IPC) de Estados Unidos mantuvo su senda ascendente en el mes de marzo, al situarse en el 8,5% en tasa interanual, seis décimas más que en el mes anterior y la mayor lectura desde diciembre de 1981, según se desprende de los datos que ha publicado este martes la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento de Trabajo estadounidense.
En el tercer mes de 2022, el precio de los alimentos en comparación con un año antes subió un 8,8%, nueve décimas más que el incremento interanual de febrero. De su lado, el precio de la energía se mantuvo disparado, con un alza del 32%, frente al 25,6% de febrero.
Dentro del grupo de la energía, destaca especialmente el incremento del 48% registrado por la gasolina, 10 puntos porcentuales más que el encarecimiento de febrero.
De esta forma, la tasa de inflación subyacente interanual, que excluye el impacto tanto de la energía como de los alimentos, se situó el pasado mes de marzo en el 6,5%, lo que supone una aceleración de una décima respecto a febrero. También es la mayor lectura del dato desde agosto de 1982.
En términos mensuales, en el mes de marzo el IPC avanzó un 1,2%, cuatro décimas más que en febrero. El coste de los alimentos mantuvo su encarecimiento mensual en el 1%, mientras que la energía se aceleró en más de siete puntos, hasta el 11%.
De esta forma, la inflación subyacente en tasa mensual experimentó una desaceleración de dos décimas en el tercer mes del año, hasta el 0,3%.