El tráfico aéreo no alcanzará los niveles previos a la pandemia hasta la primera mitad de 2023
MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
La flota mundial de aviones podría alcanzar las 38.189 unidades en 2032, lo que implica un crecimiento agregado del 4,1% en la próxima década, según las estimaciones de Oliver Wyman.
Por tipo de avión, se impondrán los de fuselaje estrecho, que representarán el 64% del total en 2032 (frente al 58% de 2020), ya que la lenta recuperación del tráfico internacional después de la pandemia está reduciendo el número de aviones de fuselaje ancho en servicio.
Así, el transporte aéreo mundial se recupera poco a poco de la crisis provocada por la pandemia de Covid-19 y entra en una nueva era que comportará un cambio de paradigma en la configuración de la flota global.
Así lo anticipa Oliver Wyman en la última edición de su informe anual ‘Global Fleet & MRO Market Forecast 2022-2032’. Los resultados del documento revelan retos a los que tendrá que hacer frente la industria mientras desarrolla y expande sus planes de recuperación, como la reducción de emisiones o la adaptación al nuevo perfil del viajero.
Así, en un horizonte a diez años, los expertos de Oliver Wyman prevén que la década podría ser “casi tan disruptiva como los anteriores dos años”.
RECUPERACIÓN EN 2023
A principios de 2022, la flota aérea mundial tenía el mismo tamaño que en 2017 y, según las previsiones, no alcanzará los niveles que tenía antes de la pandemia (enero 2020) hasta la primera mitad de 2023. Lo hará gracias a la vuelta al servicio de los aviones de fuselaje estrecho destinados a cubrir rutas domésticas, que volverán a niveles anteriores a la pandemia en 2022.
Las aeronaves de fuselaje ancho, para vuelos internacionales, podrían tardar en hacerlo más de un año, hasta 2024, por las restricciones impuestas a los viajes transfronterizos.
Este ajuste del crecimiento de la flota mundial de aviones responde en gran parte a las nuevas perspectivas para la demanda de pasajeros tras la Covid-19. Según Oliver Wyman, la pandemia ha dilatado las proyecciones en al menos dos o tres años, de manera que no se espera que la demanda de pasajeros alcance los niveles de 2019 hasta finales de 2022 y las previsiones que se tenían para 2030 ahora se sitúan en 2032 o 2033.
Además, Oliver Wyman señala que la próxima década supone para las aerolíneas el reto de cambiar la configuración actual de aviones hacia unos más eficientes y sostenibles ante el aumento del precio de los combustibles tradicionales.