El pleno del Parlamento Europeo ha destacado este miércoles que el hidrógeno producido con fuentes renovables será “clave” para la transición energética de la UE, pero ha advertido de que es un sector que “todavía no es competitivo” y ha pedido a la Comisión Europea y a los Estados miembros que incentiven su desarrollo.
En una resolución aprobada con 411 votos a favor, 135 en contra y 149 abstenciones, los eurodiputados subrayan que sólo el hidrógeno producido a partir de tecnologías renovables podrá contribuir “de manera sostenible” al objetivo del bloque de lograr la neutralidad climática en 2050.
Por ello, la Eurocámara pide que se establezca una “clasificación” de los diferentes tipos de hidrógeno que deje “absolutamente clara” la diferencia entre hidrógeno verde o sostenible e hidrógeno bajo en emisiones. Según el texto, el hidrógeno renovable sería el producido a través de energía eólica, solar e hidráulica.
Además, los eurodiputados apuestan por eliminar gradualmente “lo antes posible” el hidrógeno procedente de combustibles fósiles (conocido como hidrógeno gris). Este esquema, añaden, debería utilizarse también para clasificar las importaciones de hidrógeno desde fuera de la UE.
Por otro lado, el informe del Parlamento Europeo llama a estudiar la posibilidad de “readaptar” los gasoductos actuales para el transporte y almacenamiento subterráneo de hidrógeno.
Además, en otra resolución aprobada con 542 votos a favor, 111 en contra y 42 abstenciones, los eurodiputados han pedido la integración de los sistemas energéticos de la UE con el objetivo de “mejorar la eficiencia energética y reducir los costes para la sociedad”.
El texto propone una serie de medidas para “optimizar, descarbonizar y equilibrar” los sistemas energéticos de la UE gracias a mejoras en la eficiencia, a la reducción de las emisiones en los sectores de transporte y calefacción y a avances en el desarrollo de interconexiones entre las redes eléctricas de los Estados miembros.
En esta línea, el Parlamento Europeo subraya las ventajas de un sistema energético “multidireccional” en el que los consumidores “jueguen un papel activo” en el suministro. Por ello, instan a que los Estados miembros “garanticen que todos los ciudadanos tienen el derecho de producir, consumir y almacenar su propia energía de forma individual o en comunidad”.