Han pasado cuatro años desde que el conflicto en Siria llegó a un punto muerto incómodo. El país, que limita con Israel, Líbano, Turquía, Irak y Jordania, había permanecido relativamente inactivo mientras Oriente Medio se convulsionaba tras el ataque de Hamás a territorio israelí del 7 de octubre de 2023. Sin embargo, los insurgentes han tomado el control de toda la provincia de Ldlib durante los últimos días, representando el asalto más audaz en años en una guerra civil donde las líneas del frente habían estado prácticamente congeladas desde 2020.
Assad está ahora en un estado de alarma, buscando apoyo de sus viejos aliados. Después de reunirse con un enviado iraní, el presidente de Irán enfatizó “la importancia del apoyo de aliados y amigos para enfrentar ataques terroristas respaldados desde el extranjero”. En la misma línea, Rusia expresó su “profunda preocupación” por la derrota de las fuerzas gubernamentales por parte de los militares y destacó “un fuerte apoyo a la soberanía e integridad territorial de la República Árabe Siria” después de una llamada el sábado entre sus dos principales diplomáticos.
La repentina escalada en Siria se produjo después de que el presidente turco Recep Tayyip Erdogan anunciara planes para crear una zona segura a lo largo de la frontera con Siria y expulsar a las fuerzas kurdas hostiles. Turquía es un actor clave porque no solo tiene el ejército más grande de la OTAN después de Estados Unidos, sino porque considera su lucha contra los separatistas kurdos como una lucha existencial. Por su lado, Estados Unidos considera que los grupos kurdos son fundamentales para derrotar y prevenir un resurgimiento del Estado Islámico en Siria.
En una declaración conjunta, Estados Unidos, Francia, Alemania y Gran Bretaña instaron a “todas las partes a reducir la escalada y a proteger a los civiles y la infraestructura para evitar más desplazamientos e interrupciones del acceso humanitario”.
Turquía ha propuesto a Washington que su ejército podría hacerse cargo de la lucha contra el Estado Islámico en Siria si Estados Unidos retira sus tropas y deja de apoyar militarmente a los kurdos, según informaron a Bloomberg algunas personas familiarizadas con las conversaciones. Supuestamente, Estados Unidos no ha respondido a esta propuesta.
Siria y Moscú
Mientras el mundo espera a ver cómo se desarrolla el conflicto, todas las miradas están puestas en la respuesta de Moscú. En 2021, la administración de Barack Obama sugirió que intervendría militarmente si Assad usaba armas químicas contra su pueblo. Cuando esa línea se puso a prueba, Rusia entró para apuntalar a Assad y proteger los intereses de Moscú en Siria en el Oriente Medio. Con la ayuda de ejército ruso, Siria recuperó Alepo en 2016.
Aviones rusos y sirios atacaron el domingo la ciudad de Ldlib bajo control rebelde, en el norte de Siria, dijeron fuentes militares, mientras el presidente Bashar al-Assad prometió aplastar a los insurgentes que habían invadido la ciudad de Alepo.
Sin embargo, ahora necesitaría “semanas o incluso meses” para recuperar la ciudad, dijo Elena Suponina, experta en Oriente Medio con sede en Moscú. Rusia está tendiendo la mano a Turquía en un intento de resolver la crisis, dijo la experta, en un momento en que la influencia de Irán en Siria se ha visto debilitada por la devastadora campaña militar israelí contra Hezbolá y la intensificación de los ataques aéreos de Israel en territorio sirio.
El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, mantuvo el sábado pasado conversaciones telefónicas con su homólogo turco, Hakan Fidan, en las que “coincidieron en la necesidad de coordinar esfuerzos conjuntos destinados a estabilizar la situación en Siria”, según Lavrov.
La preocupación de Netanyahu
Israel también está preocupado por el deterioro de la situación en su vecino. Una victoria de los rebeldes podría permitirles llegar a la frontera, mientras que una recuperación del ejército de Assad probablemente demostraría un aumento en la asistencia de Irán, según el mayor general Tamir Yadai, jefe de las fuerzas terrestres israelíes.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, comentó en sus redes sociales que Israel está siguiendo de cerca los acontecimientos en Siria en medio de los últimos enfrentamientos entre el gobierno y los rebeldes. “Estamos decididos a proteger los intereses vitales del Estado de Israel y a preservar los logros de la guerra”, escribió Netanyahu. Además, subrayó la disposición de las Fuerzas de Defensa de Israel a actuar con decisión contra las violaciones, y afirmó que “cualquier violación se enfrenta inmediatamente a una respuesta enérgica”.