La economía de Japón cayó más rápido de lo esperado en el primer trimestre de 2024, por la debilidad del yen, que es un obstáculo para el consumo. Se contrajo un 2% anualizado respecto al trimestre anterior, más veloz que el 1,5% esperado. Trimestralmente, la contracción fue del 0,5%, frente a la caída del 0,4% esperada. Los datos arrojan que el PIB apenas creció en el 4T de 2023, y las caídas en todos los componentes demuestran que la economía nipona no tuvo un motor de crecimiento fuerte en el principio de año. El mal dato crea dudas de nuevo en el Banco de Japón y su plan de ajustar su política monetaria, después de subir las tasas de interés en marzo por primera vez desde 2007; podría retrasar de nuevo esa decisión.