
China cerró el año pasado con un crecimiento económico mayor de lo previsto, impulsado por políticas de estímulo tardías y un sólido desempeño en exportaciones. Sin embargo, los riesgos se acumulan mientras el país se prepara para nuevas tensiones comerciales bajo la administración del presidente estadounidense Donald Trump.
El Producto Interno Bruto de China creció un 5,4% en el último trimestre de 2024, la tasa más rápida en seis semestres, elevando el crecimiento anual al 5%. A pesar de estos resultados positivos, la recuperación sigue siendo desigual. El consumo no ha recuperado sus niveles prepandemia, la inversión inmobiliaria marcó una contracción récord y la deflación persistió por segundo año consecutivo.

Impacto en los mercados y previsión de nuevas políticas
El yuan se fortaleció ligeramente frente al dólar tras la publicación de los datos, mientras que el índice de acciones CSI 300 cerró con un alza del 0,3 %. La atención ahora se centra en el presupuesto de estímulo del gobierno, que se anunciará en marzo, cuando también se revelará el objetivo de crecimiento para 2025. Se espera que el déficit presupuestario aumente hasta el 4% del PIB, acompañado por una triplicación de la emisión de bonos especiales del tesoro.
El crecimiento futuro podría enfrentar serias dificultades. Trump ha amenazado con imponer aranceles de hasta el 60% sobre las exportaciones chinas, un golpe potencial a un sector que fue crucial para el desempeño económico del año pasado.
La política fiscal y el impulso al consumo
La capacidad de China para manejar estas amenazas dependerá en gran medida de su política fiscal. Aunque el gobierno ha expresado confianza en sus herramientas para estimular la economía, las dificultades para identificar proyectos de infraestructura viables y una inversión privada en declive han limitado la efectividad del gasto público.
Conscientes de la necesidad de equilibrar la balanza, las autoridades han declarado que fomentar el consumo será una prioridad. Se planea expandir los subsidios para modernizar electrodomésticos y maquinaria, un programa que ya impulsó las ventas minoristas en los últimos meses de 2024. Además, el aumento en pensiones y subsidios de seguro médico podría estimular el gasto doméstico.
El gobierno también permitirá que los gobiernos locales utilicen bonos para adquirir propiedades no vendidas, ayudando a mitigar la crisis de efectivo en el sector inmobiliario. Sin embargo, los avances en la reducción del inventario de viviendas han sido lentos, afectando la confianza de los desarrolladores. La inversión inmobiliaria cayó un 10,6% el año pasado, el mayor descenso registrado desde 1987.
¿Suficiente para un crecimiento sostenido?
Los analistas advierten que los recientes datos positivos no deben llevar a la complacencia. Aseguran que Pekín no debe bajar la guardia pese a los buenos resultados que indican cierto resurgir de su economía.
El año 2025 se perfila como un periodo de decisiones clave para China, mientras el país busca un balance entre mantener el crecimiento económico y enfrentar los desafíos externos que se avecinan.