Las operaciones financiadas en más del 80% se reducen al 10%
MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
El volumen de la cartera hipotecaria de la banca española se situó en 470.642 millones de euros al cierre del primer semestre, lo que supone un aumento del 2,6% en comparación con el saldo de un año antes y del 3,3% respecto a diciembre de 2021.
Según el análisis de la Asociación Hipotecaria Española (AHE) de la cartera hipoetcaria de 12 entidades españolas emisoras de cédulas hipotecarias (Sabadell, CaixaBank, Santander, Kutxabank, Unicaja, BBVA, Bankinter, Ibercaja, Eurocaja Rural-Caja Rural Castilla-La Mancha, Caja Rural de Navarra, Abanca y Cajamar), la cartera se muestra alineada con “la favorable evolución” que ha mantenido la actividad inmobiliaria, especialmente desde comienzos de 2021.
En términos de ‘stock’, la cartera se ha saldado con un volumen de casi 5,7 millones de préstamos hipotecarios, lo que representa un aumento del 2,5% interanual (141.000 préstamos más).
En cuanto al importe medio de endeudamiento, se mantiene por encima de los 82.700 euros, prácticamente la mitad del importe medio en las nuevas operaciones, que se situó en junio de 2022 en torno a los 156.000 euros.
Según señala la AHE, las operaciones del segmento residencial tienen un capital medio de en torno a unos 73.500 euros, claramente por debajo del importe medio de la cartera comercial, que ronda los 202.500 euros.
El plazo medio de amortización de la cartera ha seguido reduciéndose, al pasar de los 15 años que registraba en 2018 hasta los casi 11 años actuales. En menor medida, también las cédulas hipotecarias (recurso que emplean las entidades para financiar sus carteras hipotecarias en el mercado mayorista) han recortado el plazo, aunque en el horizonte temporal tomado se ha mantenido más estable, con un plazo que ascendía a los 4 años y 3 meses en junio de 2022.
El informe refleja que los préstamos hipotecarios llegan a alcanzar una duración de 30 años e incluso superior, mientras que para financiar estos activos las entidades se suelen apoyar en un ‘mix’ de financiación, en parte emitiendo títulos a largo plazo (no necesariamente a los mismos plazos de su cartera) y, en otra parte, emisiones y depósitos a más corto plazo, lo que les obliga a proteger sus flujos de caja a través de derivados, ante la eventualidad de que los tipos de mercado estén por encima del interés remuneratorio.
El informe de la AHE también muestra un mayor rigor en las políticas de riesgos a medida que avanzan los años. Así, en el segundo trimestre de 2022 solo el 10% del saldo en cartera lo conformaban operaciones con un nivel de financiación medio respecto a su valor de tasación (Loan-to-Value) superior al 80%, casi dos puntos menos que un año antes y más de tres puntos menos que hace un lustro.
La asociación ha resaltado que este indicador supone un elemento clave tanto para las entidades en sus métricas de riesgos y provisiones como para el supervisor en el marco de su política macroprudencial.
Por otro lado, la cartera muestra una tendencia creciente en las operaciones de menos antigüedad. En concreto, los préstamos otorgados en el último año representan el 12,7% del saldo, lo que supone un incremento interanual superior a 2,5 puntos porcentuales y de más de un punto porcentual con respecto al ejercicio de cierre de 2021.
En lo relativo al calendario pendiente de amortización se observa lo contrario, con un incremento de los préstamos con un plazo de amortización más dilatado. Así, los préstamos con un plazo de amortización superior a 10 años aglutinan el 69,3% de la cartera.
CRECEN LAS HIPOTECAS A TIPO FIJO Y PODRÍA AUMENTAR LA MORA
En cuanto a los tipos de interés, se mantuvo la tendencia al alza en los préstamos a tipo fijo, que a cierre de junio representaban el 29,5% del total de la cartera, ocho puntos más que un año antes.
“Este movimiento evidencia un comportamiento de prudencia y de aversión al riesgo por parte de los consumidores apoyados por las muy favorables condiciones financieras de estos últimos años. Hay que destacar que a este incremento de cuota de los préstamos a tipo fijo en la cartera habrían contribuido no solo los nuevos préstamos, sino también aquellos otros que se han modificado recientemente a través de una novación modificativa o también mediante una subrogación de acreedor para convertir el préstamo variable en uno fijo”, señala el informe.
Durante la primera mitad del año, continuó reduciéndose el nivel de dudosidad, hasta el 3,8% del saldo, capeando así las entidades “con cierta holgura” la crisis del Covid-19 en lo relativo a la calidad crediticia de sus activos en parte gracias a las moratorias y otras medidas promulgadas de apoyo fiscal.
En cualquier caso, la AHE ha apuntado que el balance de las entidades se enfrenta ahora a la posible materialización de algunos riesgos derivados de la normalización de la política monetaria como consecuencia de la escalada generalizada de los precios.
“En la cartera la apreciación de los tipos va a comportar un encarecimiento de las cuotas hipotecarias que afectará, en mayor medida, a los préstamos a tipo variable de reciente contratación, cuya carga de intereses es más elevada por la forma de cálculo del sistema de amortización francés, el cual va reduciendo paulatinamente el capital vivo sobre el que se calculan los intereses”, ha apuntado la AHE en su informe.