MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
La actividad del sector manufacturero del conjunto de la eurozona registró en agosto su peor nivel desde hace 26 meses, al situarse en los 49,6 puntos, desde los 49,8 de julio, según se desprende del índice de gerentes de compras (PMI, por sus siglas en inglés), elaborado por S&P Global y publicado este jueves.
De acuerdo con la consultora, la producción de las fábricas europeas cayó a un ritmo similar al del mes precedente, cuando se registró la peor contracción desde mayo de 2020, mientras que los nuevos pedidos disminuyeron “considerablemente”.
S&P Global ha indicado que las “débiles condiciones” de la demanda fueron un “lastre importante” para el sector manufacturero. Esto, a su vez, es un reflejo del deterioro del poder adquisitivo en Europa como consecuencia de la alta inflación.
Pese a ello, la firma aprecia señales de que las presiones de precios bajaron “aún más” desde su punto máximo, ya que las tasas de inflación de los costes de los insumos y los precios de venta se atenuaron hasta sus mínimas de 19 y 16 meses, respectivamente. Que la tasa de inflación disminuya significa que el ritmo de incrementos es menor, pero no que exista depreciación, es decir, bajadas de precios.
Por países, Alemania registró una lectura del índice de 49,1 puntos, mientras que Italia alcanzó los 48 enteros. En ambos casos, fueron sus peores lecturas en los últimos 26 meses. En el caso de Francia, el dato fue de 50,6 enteros, mientras que España alcanzó los 49,9 puntos, sus mejores datos en los últimos dos meses, según ha informado S&P Global.
Según las empresas encuestadas, los volúmenes de producción disminuyeron debido a una menor entrada de nuevos pedidos, aunque algunas de las empresas continuaron mencionando la escasez de materiales. La demanda de productos de la zona euro volvió a caer con fuerza en agosto y marcó su cuarta contracción consecutiva. Los fabricantes la vincularon al aumento de precios, clientes con exceso de existencias e informes de aplazamientos de pedidos debido a la incertidumbre económica.
“La caída de las ventas no solo ha conllevado a que un número cada vez mayor de fábricas reduzcan la producción, sino que también significa que los almacenes se están colmando de existencias sin vender en un grado sin precedentes en los veinticinco años de historia del estudio. De igual forma, los stocks de materias primas se están acumulando debido a la repentina e inesperada caída en los volúmenes de producción”, ha indicado el economista jefe de S&P Global Market Intelligence, Chris Williamson.