En la madrugada del sábado, la Fuerza Aérea de Israel lanzó un ataque sobre instalaciones militares en Irán en respuesta al que Teherán lanzó con misiles balísticos a principios de octubre. Según informó el ejército israelí, el operativo tenía como objetivo infraestructura clave de producción de misiles en tres provincias iraníes, incluyendo Teherán y las regiones de Juzestán e Ilam. La operación fue supervisada desde un búnker por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y altos mandos militares.
La reacción iraní fue inmediata, con las fuerzas de defensa aéreas de Irán afirmando que lograron interceptar y minimizar el daño en varios puntos atacados. “Nuestros sistemas de defensa respondieron con éxito a la agresión, limitando el impacto”, aseguró el ejército iraní, que informó de la muerte de dos soldados. La portavoz del gobierno iraní, Fatemeh Mohajerani, sostuvo que el bombardeo causó “daños menores” y que “la situación en el país permanece normal”. Previamente, Irán había dado a conocer que barajaba una serie de alternativas de respuesta al esperado ataque de Israel, que iban desde lanzar hasta 1000 misiles, si Tel Aviv causaba grandes daños, a incluso no responder, si Israel limitaba su ataque.
Escalada diplomática y moderación en los ataques
El ataque se realizó tras una serie de consultas entre Washington y Tel Aviv, y fue limitado a instalaciones militares específicas, evitando deliberadamente sitios civiles, petroleros o nucleares. La administración de Joe Biden habría solicitado a Israel moderar su respuesta en un intento por evitar una mayor escalada en la región, lo cual podría complicar las iniciativas diplomáticas para la liberación de rehenes y la reducción de conflictos en puntos críticos como Gaza y Líbano. Tras los ataques, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU., Sean Savett, calificó el bombardeo israelí como “un ejercicio de autodefensa”.
Sin embargo, el líder de la Guardia Revolucionaria iraní advirtió que “Israel recibirá una respuesta proporcional”, aunque sin especificar cuál sería esa acción. Algunos expertos sostienen que la limitada respuesta de Israel podría dar espacio a una réplica moderada por parte de Teherán, cuyo gobierno ha expresado su derecho a defenderse de agresiones extranjeras.
Condenas y reacciones en la región
El bombardeo también generó una ola de condenas en la región. Arabia Saudí y Qatar denunciaron la acción israelí como una “violación de la soberanía iraní”, y se unieron a Jordania en el llamado a evitar una escalada que pueda desestabilizar Oriente Medio. La postura oficial de Riad, a pesar de su condena, sugiere una comodidad tácita con la limitada acción israelí, aunque públicamente insisten en la necesidad de frenar la expansión del conflicto.
Por su parte, medios israelíes destacaron que el ataque demostró “la capacidad operativa de Israel para impactar cualquier objetivo en Irán”, dejando, en palabras del exdirector de inteligencia militar Amos Yadlin, “la pelota en la cancha iraní”. Esta demostración de fuerza se enmarca en el contexto de crecientes enfrentamientos entre Israel y grupos aliados de Irán como Hezbolá, que en el último año ha incrementado sus bombardeos hacia el norte de Israel.
Un conflicto en expansión y expectativas diplomáticas
En medio de la inestabilidad, las grandes potencias mantienen esfuerzos diplomáticos con la intención de reducir las tensiones. Estados Unidos y países del Golfo han propuesto iniciativas para estabilizar Líbano y Gaza, mientras continúan las conversaciones para un posible cese de hostilidades. La postura de los Emiratos Árabes Unidos y otras naciones del Golfo respecto a la reconstrucción de Gaza podría ayudar a alcanzar una paz duradera en la región, si se logra mantener la moderación en las próximas semanas.
A medida que se acercan las elecciones presidenciales en Estados Unidos, tanto los analistas como los expertos en la región coinciden en que la futura relación de Washington con Irán y sus aliados estará en gran medida determinada por el resultado de los comicios de noviembre y el papel que pueda jugar una administración entrante en los esfuerzos de paz y seguridad en Oriente Próximo.