Aviones de combate israelíes han atacado intensamente esta noche el sur del Líbano, en medio del creciente conflicto con Hezbolá. El ejército israelí informó de que sus aviones atacaron, durante dos horas, cientos de lanzacohetes en el sur del Líbano, destinados a ser disparados contra Israel. Según fuentes libanesas, fue el bombardeo más intenso desde el inicio del conflicto en octubre, aunque no se reportaron víctimas.
Israel prometió continuar atacando a Hezbolá, alcanzando alrededor de 100 objetivos en la última ofensiva. Hassan Nasrallah, líder de Hezbollah, denunció los ataques como violaciones graves y aseguró que “cruzaron todas las líneas rojas”. Previamente, Benjamin Netanyahu había confirmado que la guerra entra en una nueva fase y el foco del conflicto se trasladaba al norte, al Líbano; además, prometió el pronto regreso de las familias evacuadas de esa zona.
Mientras, la Casa Blanca y Gran Bretaña urgieron a una solución diplomática y un alto el fuego inmediato. La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, expresó la preocupación de Estados Unidos por una posible escalada.
Las negociaciones de alto el fuego en Gaza se han estancado, aunque Israel sigue comprometido con la destrucción de Hamas y la recuperación de los rehenes aún en sus manos, pero todo apunta a que ahora se está centrando en Hezbolá. Gallant, ministro de Defensa israelí, amenazaba al grupo armado respaldado por Irán: “Hezbolá pagará un precio cada vez mayor”.
La tensión entre ambos países se ha recrudecido tras las dos oleadas de explosiones en aparatos de comunicación en las filas de Hezbolá, aunque su máximo responsable asegura que estos hechos no conseguirán frenar los ataques a Israel hasta que se alcance una tregua en Gaza.