En medio de crecientes tensiones con Israel, Teherán ha reforzado su postura militar para responder a un posible ataque de represalia israelí. Según fuentes cercanas al liderazgo iraní, publicadas por The New York Times, el país ha desarrollado múltiples planes para reaccionar ante diversas escalas de ataque, aunque busca evitar una guerra abierta. Los planes incluyen desde una represalia significativa hasta la posibilidad de adoptar una postura de no respuesta, dependiendo de la gravedad de los ataques israelíes, informaron funcionarios anónimos.
Cuatro altos funcionarios iraníes indicaron en entrevistas recientes que el ayatolá Ali Jamenei ha ordenado al ejército que esté preparado para diversos escenarios de represalias. Los planes, diseñados bajo una estricta confidencialidad, establecen que cualquier respuesta de Irán estará determinada por el alcance del ataque israelí. Según las fuentes, si Israel lanza ataques limitados, como golpes a bases militares o depósitos de misiles, Irán podría decidir no tomar represalias, mientras que una agresión a gran escala sí tendría una respuesta contundente.
Preparativos para una posible ofensiva y límites a las respuestas
Los planes iraníes incluyen medidas de defensa específicas en caso de que Israel ataque su infraestructura petrolera, energética o instalaciones nucleares, así como posibles represalias a gran escala si se produce un daño significativo. De ser así, las opciones de Irán varían desde el lanzamiento de misiles balísticos hasta acciones estratégicas que incluyen interrumpir el flujo de energía en el Golfo Pérsico y en el Estrecho de Ormuz. Estos movimientos serían ejecutados como una advertencia no solo a Israel, sino también a otros países de la región, según afirmaron dos altos funcionarios del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica.
Aunque Irán ha mantenido su posición oficial de evitar la guerra, sus líderes no están dispuestos a mostrar debilidad en medio de los crecientes desafíos de seguridad. En los últimos meses, Israel ha intensificado sus ataques contra líderes de Hamás y Hezbolá, organizaciones respaldadas por Irán, lo que plantea una situación delicada para el liderazgo iraní.
Durante la conferencia en Kazán, Rusia, el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, mencionó que cualquier respuesta militar sería “proporcionada y calculada”. Las tensiones actuales, añadió, no solo amenazan la estabilidad de Irán, sino también de toda la región, aumentando la posibilidad de un conflicto que, de escalar, podría atraer la intervención de Estados Unidos en apoyo de Israel.
Alianzas regionales y advertencias a aliados de Israel
En las últimas semanas, Irán ha intensificado esfuerzos diplomáticos para fortalecer sus relaciones con países árabes vecinos, al tiempo que ha advertido que cualquier asistencia a Israel en un eventual ataque los convertiría en objetivos legítimos. En una rueda de prensa en Kuwait, Araghchi destacó que los países de la región han asegurado a Irán que no permitirán a Israel utilizar su espacio aéreo o bases para lanzar un ataque. Este compromiso es clave para las relaciones de Irán con sus vecinos en el contexto actual de tensión.
A nivel interno, funcionarios iraníes han expresado opiniones diversas sobre la forma de enfrentar un posible ataque israelí. Tanto el presidente Masoud Pezeshkian como el ministro Araghchi han señalado que cualquier respuesta será cuidadosamente calibrada, mientras que otros líderes dentro de la Guardia Revolucionaria han emitido amenazas directas contra los “sionistas”, aumentando la retórica en torno a las posibles represalias.
Visión a largo plazo de Irán
La percepción del gobierno es que, aunque las tensiones con Israel son cada vez mayores, el conflicto no representa una amenaza existencial. Sin embargo, un enfrentamiento prolongado tendría efectos negativos en la economía y en la política exterior de Irán, dificultando los esfuerzos diplomáticos que apuntan a aliviar las sanciones impuestas por Estados Unidos y mejorar la economía del país.
Desde el ataque de Hamás contra Israel en octubre del año pasado, las tensiones entre Israel e Irán han ido escalando y ambas naciones permanecen en alerta máxima. Con el trasfondo de un conflicto latente, Irán sigue preparando sus estrategias, aunque busca, en última instancia, evitar una confrontación directa que podría tener consecuencias catastróficas en toda la región.