El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, confirmó este miércoles que los canales de comunicación con Estados Unidos siguen activos, una semana después de la elección de Donald Trump como presidente.
Aragchi también se refirió a la política de máxima presión de Estados Unidos durante la administración de Trump, diciendo que, en su momento, “derivó en la máxima resistencia y terminó en la máxima derrota para Estados Unidos”.
“Intentar una máxima presión 2.0 sólo llevará a una máxima resistencia 2.0 Una idea mejor es intentar con la máxima sabiduría, para el beneficio de todos”, sostuvo el ministro iraní a través de un mensaje publicado en su cuenta en la red social X.
En declaraciones a los periodistas tras una sesión de gabinete, Araghchi enfatizó que si bien las diferencias entre las dos naciones son profundas y a veces irreconciliables, es crucial gestionar estos desacuerdos para mitigar las tensiones y reducir sus costos.
Por otro lado, la portavoz del Gobierno de Irán, Fatemeh Mohajerani, aconsejó a Donald Trump que aprenda de sus políticas fallidas hacia el país y que cambie su actitud en su próximo mandato: “Nuestro consejo al señor Trump es claro: que tenga en cuentas las lecciones del pasado y adopte una política más meditada”, afirmó en una rueda de prensa este miércoles.
“Probar lo antes probado es un error. La política de máxima presión de Donald Trump fracasó en nuestro país, en un momento que coincidió también con el COVID-19 y que muchos países del mundo se enfrentaron a serios problemas de subsistencia. Sugerimos que el Gobierno del señor Trump no adopte políticas erróneas”, añadió Mohajerani.
Anteriormente, el ministro iraní de Petróleo, Mohsen Paknejad, también indicó su disposición a enfrentar los desafíos en las exportaciones de petróleo bajo la administración de Trump, afirmando que “independientemente del regreso de Trump a la Casa Blanca, las ventas de petróleo de Irán no se verán afectadas“. Además, aseguró que se han desarrollado estrategias para aumentar las exportaciones de petróleo, incluida la expansión de pequeñas refinerías apoyadas por la inversión del sector privado.
El primer mandato de Trump, entre 2017 y 2021, estuvo marcado por un período particularmente problemático, cuando persiguió una política de “máxima presión” contra Teherán. Retiró unilateralmente a Estados Unidos del acuerdo nuclear de Irán con las potencias mundiales, lo que condujo a la imposición de sanciones contra Irán. Además, Estados Unidos ejecutó en enero de 2020 un bombardeo contra el aeropuerto de la capital de Irak, Bagdad, en el que mató al entonces jefe de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria de Irán, Qasem Soleimani.
Tras este atentado, las autoridades de Irán solicitaron a Interpol la detención de Trump y otras 48 personas por su papel en el ataque, mientras que un tribunal de Teherán condenó en diciembre de 2023 al Gobierno de Estados Unidos y a otras instituciones e individuos del país norteamericano a pagar cerca de 50.000 millones de dólares por la muerte de Soleimani.
Irán continua entre tensiones con Israel ante la amenaza que han lanzado sus líderes de un próximo ataque de represalia después del atentado israelí del 26 de octubre a instalaciones militares de Irán.