Claves del día de Jose Antonio Vizner
La situación en Oriente Medio no deja de escalar y António Guterres ha vuelto a pedir un alto el fuego inmediato. “Condeno la ampliación del conflicto en Oriente Medio con una escalada tras otra. Esto tiene que parar. Necesitamos un alto el fuego”, ha dicho el secretario general de la ONU. Pero la realidad es que estos llamados parecen cada vez más vacíos. ¿De qué sirven las palabras cuando el conflicto sigue aumentando y la ONU parece tan impotente como siempre? Lo mismo ocurrió entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial, cuando la Liga de las Naciones fracasó. ¿Acaso nos encontramos en una situación similar? ¿Será que el Consejo de Seguridad de la ONU ya no tiene utilidad?
Para mí, el verdadero problema que subyace en este escenario es la irrelevancia creciente de las instituciones internacionales frente a un sur global que ha estado observando, esperando pacientemente su momento. Tras 500 años de dominación occidental, los países del sur global parecen haber decidido que el cambio es inevitable y, quizás, necesario. En este contexto, el conflicto en Oriente Medio es solo la punta del iceberg, un síntoma de un mundo que se está polarizando en dos grandes bloques, lo que podría llevarnos a una guerra total.
Mientras tanto, Irán ha comenzado a mover ficha. Según informes del New York Times, cientos de misiles están listos para ser desplegados en respuesta a un posible ataque israelí o estadounidense. Esto solo aumenta la tensión y evidencia lo poco que se está logrando en términos de diplomacia. El Consejo de Seguridad de la ONU parece un vestigio del pasado, incapaz de dar soluciones reales. Si no puede cumplir con su propósito, ¿no sería hora de cuestionar su existencia? Cerrar una institución que no sirve a la paz mundial podría ser el primer paso para construir algo nuevo, algo efectivo.
El impacto de este conflicto no solo se refleja en la política, sino también en la economía global. Los precios del petróleo suben de forma notable, con el Brent alcanzando los 75,43 dólares y el West Texas los 71,74 dólares. En contraste, el oro cae un 0,62%, manteniéndose alrededor de los 2.673 dólares, aunque parece que podría recuperarse. ¿Qué implica esto? Una vez más, nos encontramos ante la posibilidad de que una nueva crisis energética se cierna sobre Europa.
Aquí entra en juego otra advertencia preocupante. José María Aznar ha dicho claramente: “Si Israel no gana, la próxima batalla será en las costas del sur de Europa”. Europa, que durante tanto tiempo ha intentado evitar un conflicto en su territorio, podría encontrarse en el epicentro de un nuevo enfrentamiento. El este ya está en peligro con la guerra en Ucrania, y ahora el sur podría ser el siguiente foco. Es como si Europa estuviera atrapada entre fuegos cruzados, y parece que estamos ignorando este peligro inminente.
Mientras tanto, Macron ha intentado hacerse oír, exigiendo a Israel que detenga los ataques en Líbano y anunciando una conferencia en apoyo al pueblo libanés. Sin embargo, estas acciones parecen ser solo gestos simbólicos en medio de una situación cada vez más fuera de control. Incluso cuando condena los ataques de Irán a Israel, ¿cuánto impacto real pueden tener sus palabras?
Y como si la situación no fuera ya lo suficientemente compleja, el estrecho de Ormuz aún no ha sido atacado, pero Israel ha dejado claro que sus planes incluyen golpear las infraestructuras petroleras de Irán. Esto podría desatar una crisis económica aún más grave, con la inflación asomando nuevamente y un escenario desastroso para Europa, que podría ver un 25% de su petróleo bloqueado. Entraríamos en invierno con una economía profundamente herida.
En resumen, lo que estamos viviendo es una tormenta perfecta. Oriente Medio arde, el sur global toma posiciones, y Europa mira impotente cómo se avecina una nueva crisis económica. Las advertencias están ahí, pero las respuestas siguen siendo insuficientes. Las instituciones internacionales no funcionan, y si no actuamos pronto, las consecuencias serán devastadoras no solo para la región, sino para todo el mundo.