El ambicioso proyecto europeo para establecer una industria local de baterías y competir con el dominio asiático, especialmente el chino, en el mercado de vehículos eléctricos, está enfrentándose a serias dificultades. La reciente quiebra de Northvolt AB, una prometedora startup sueca apoyada por gigantes como Volkswagen y BMW, ilustra las complicaciones que enfrenta la región. Esta empresa acumuló deudas de más de 5800 millones de dólares y no pudo superar los retos técnicos y financieros necesarios para mantener su viabilidad.
Retrocesos en proyectos clave
Según un análisis de Bloomberg, 11 de las 16 fábricas planeadas en Europa han sido retrasadas o canceladas. En contraste, 10 de los 13 proyectos liderados por fabricantes asiáticos, como Contemporary Amperex Technology Co. (CATL) y Samsung SDI, están avanzando sin problemas. Esto refuerza el dominio de Asia en la tecnología de baterías y amenaza la capacidad de Europa para competir en un sector clave para su transición hacia una economía verde.
Empresas europeas, como Mercedes-Benz y Stellantis, han tenido que pausar proyectos importantes en Alemania e Italia, lo que refleja los desafíos internos en términos de costes y tecnología. Mientras tanto, marcas chinas como BYD están aumentando su presencia en Europa con fábricas de vehículos eléctricos en países como Hungría y Turquía.
Dependencia tecnológica de Asia
El retraso tecnológico es otro gran obstáculo. Fabricantes chinos como CATL emplean a miles de ingenieros en investigación y desarrollo, lo que les permite mantener costos bajos y liderar el mercado. En comparación, startups como Northvolt no han logrado competir, y su colapso subraya las dificultades para desarrollar tecnología avanzada y procesos de producción eficientes.
Si bien algunos proyectos europeos avanzan, como la planta de ACC (una empresa conjunta entre Stellantis y Mercedes) en Francia, la región sigue siendo altamente dependiente de socios asiáticos para la producción de baterías. Esta dependencia plantea riesgos económicos y estratégicos similares a los de su relación con el petróleo y el gas.
El retraso europeo también se debe a su tardanza en adoptar los vehículos eléctricos. Mientras marcas como BYD lanzaban sus primeros modelos eléctricos en 2008, empresas como Volkswagen y BMW seguían enfocándose en motores de combustión. Esto permitió a China consolidarse como el mayor productor de baterías de iones de litio, con un dominio del 80% del mercado global.
Futuro en juego
Con un mercado europeo debilitado por la desaceleración de la demanda de vehículos eléctricos, los fabricantes de automóviles están replanteando sus planes de electrificación. Algunos incluso presionan a la Unión Europea para retrasar la eliminación de los motores de combustión prevista para 2035.
Aunque existen proyectos en desarrollo, como el de Verkor en Francia, Europa necesita superar rápidamente sus limitaciones tecnológicas, financieras y estratégicas si quiere posicionarse como un actor relevante en el mercado de baterías.