Estados Unidos ha lanzado un claro mensaje a Israel, instando a tomar medidas inmediatas para mejorar la grave situación humanitaria en Gaza. De lo contrario, la ayuda militar proporcionada por Washington podría estar en riesgo. Este ultimátum, poco común y directo, refleja la creciente preocupación del gobierno de Biden sobre cómo el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, está gestionando el conflicto en Gaza.
En una carta enviada a altos funcionarios israelíes, los secretarios de Defensa y de Estado de Estados Unidos, Lloyd Austin y Antony Blinken, delinearon una serie de acciones que esperan que Israel implemente en los próximos 30 días. Entre las exigencias están el aumento de la asistencia humanitaria antes del invierno, la apertura de corredores comerciales y militares, y el fin del aislamiento del norte de Gaza. De no respetar lo exigido, Washington podría determinar que su aliado está incumpliendo las garantías de no impedir la entrada de ayuda humanitaria, condición que está vinculada a la financiación militar.
Esta advertencia llega en un momento crítico, en medio de una guerra que ha devastado Gaza durante más de un año y causado la muerte de más de 42.000 personas, según fuentes palestinas. Israel lanzó su ofensiva tras el ataque de Hamás en octubre de 2023, en el que murieron 1200 israelíes y se tomaron cientos de rehenes. La situación humanitaria en el enclave es desesperante, con la mayoría de la población desplazada y enormes áreas reducidas a escombros.
Además de la crisis en Gaza, las recientes incursiones militares de Israel en el Líbano han generado inquietud sobre la posibilidad de más daños civiles en la región, aunque Austin y Blinken no mencionaron específicamente a Líbano en su carta.
El gobierno de Estados Unidos ha sido claro en sus demandas. No solo exigen un acceso humanitario constante al norte de Gaza, sino que también han solicitado que al menos 350 camiones de ayuda entren a diario en el enclave. Washington ha pedido que Israel instituya “pausas humanitarias” para facilitar la entrega de suministros y garantizar la vacunación de la población durante los próximos meses.
Este ultimátum de Washington marca un punto de inflexión en las relaciones entre ambos aliados. Aunque el apoyo militar de Estados Unidos a Israel ha sido inquebrantable, con al menos 17.900 millones de dólares aprobados desde el inicio del conflicto, el gobierno de Biden parece estar trazando una línea clara en cuanto a las condiciones humanitarias que Israel debe cumplir. La situación sigue siendo tensa y la respuesta de Israel a estas demandas será crucial en los próximos días.