MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ha afirmado este lunes que, en lo que respecta a la subida del salario mínimo interprofesional (SMI), “hay que buscar el momento en el que sus efectos y despliegue sobre la economía tenga un mayor potencial”.
Durante su intervención en un desayuno organizado por Nueva Economía Fórum, Escrivá ha señalado que, “personalmente”, cree que es preferible buscan un momento en el que la subida del SMI sea “significativa y sustantiva”. “Tenemos margen, en los próximos meses, para pensar cuál es el mejor momento para realizarla”, ha añadido.
El ministro ha resaltado el valor del SMI como mecanismo de redistribución de renta y ha indicado que empujar los salarios más bajos mediante subidas del SMI es “absolutamente fundamental”.
Sobre los efectos de la subida del SMI sobre el empleo, Escrivá ha explicado que la literatura que hay sobre este tema tiene un punto en común: que en caso de haber efectos sobre el empleo, éstos son “bastante pequeños”.
En este sentido, ha explicado que en aquellas subidas del SMI que se posicionan en el entorno de llegar al 60% del salario medio, el impacto sobre el empleo es “reducido”. En todo caso, ha advertido de que no se puede esperar que una medida como ésta, con su potencial redistributivo, “no tenga algún efecto”. “Habrá que buscar mecanismos compensatorios en esa dirección”, ha añadido.
“LA COMPETENCIA FISCAL ENTRE CCAA ES DISRUPTIVA”
Por otro lado, respecto a la “competencia fiscal” entre autonomías, el ministro ha señalado que es “disruptiva y pone en dificultades el mercado único”. “Hay que tener visión de país en este tema y ver si lo que estamos haciendo tiene sentido en algun país descentralizado de nuestro entorno”, ha apuntado.
En cuanto a la reforma fiscal que quiere acometer el Gobierno, Escrivá ha subrayado que, en su opinión personal, “no se trata de recaudar más, sino de que el sistema fiscal sea más justo”.
“España tiene el nivel de beneficios fiscales más alto de Europa junto con Italia. Renunciamos a 70.000 millones de euros de ingresos con exoneraciones y beneficios fiscales”, ha indicado.
Estos beneficios fiscales, ha añadido, no responden muchas veces a los objetivos perseguidos, por lo que ha abogado por “darles una vuelta” para evitar que se produzca una “infrarrecaudación” en determinados ámbitos de la economía.