Hoy se reúnen en Washington los líderes de los 32 estados miembros de la Alianza Atlántica con la guerra de Ucrania como punto central de la agenda. Se trata de una reunión muy especial: será la primera en la que Mark Rutte ejercerá de anfitrión; se celebran, además, los 75 años de la organización; y todos los ojos estarán puestos en el desempeño de Joe Biden. Se espera que en este evento se tomen “decisiones clave” y se hagan “anuncios importantes”. CNN asegura que el borrador del documento final de la cumbre describirá la entrada de Ucrania en la OTAN como “irreversible”.
La cumbre, de tres días, se celebra en la ciudad en la que fue fundada la OTAN, y llega en un momento muy delicado en el tablero geopolítico. Será la puesta de largo de Mark Rutte, sustituto de Jens Stoltenberg, que deja el cargo tras 10 años de mandato. Rutte es conocido por ser un hábil negociador. Además, será la primera cumbre también para Suecia, que se incorporó en marzo de este año; junto con Finlandia, plantean la necesidad de reforzar la seguridad del flanco oriental.
Dos de los puntos clave en la agenda son cómo se va a materializar la ayuda a Ucrania y cómo afectará la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, si gana las elecciones en noviembre. La Alianza, en previsión de esto último, ya blindó el apoyo a Kiev con un fondo de 100.000 millones de euros “contra los vientos del cambio político”. Por otro lado, la OTAN debe revisar el compromiso de inversión en defensa de sus estados miembros y vigilar su cumplimiento.