Elon Musk, el magnate tecnológico y propietario de X, ha comenzado a explorar formas de influir activamente en la política del Reino Unido, según fuentes cercanas a sus discusiones privadas. Sus recientes maniobras sugieren un interés específico en debilitar el liderazgo del primer ministro Sir Keir Starmer antes de las próximas elecciones generales.
Personas informadas sobre el tema aseguran que Musk está analizando cómo respaldar a Reform UK, el partido populista de derecha liderado por Nigel Farage, como una alternativa viable para desestabilizar el actual gobierno laborista. Musk ha planteado abiertamente preocupaciones sobre el futuro de la civilización occidental, que considera bajo amenaza, y busca aplicar su influencia más allá de las agresivas publicaciones en redes sociales.
Reform UK y el desafío a Starmer
A pesar del sistema parlamentario del Reino Unido, donde el poder del primer ministro depende de liderar el partido con mayoría en la Cámara de los Comunes, Musk ha explorado qué mecanismos podrían generar un cambio de liderazgo antes de las elecciones previstas. En el pasado, figuras como Tony Blair y Boris Johnson dejaron el cargo debido a caídas de popularidad, abriendo precedentes para las especulaciones de Musk.
En los últimos meses, el empresario ha intensificado sus críticas contra Starmer, especialmente en relación con casos de explotación sexual en el Reino Unido. Musk ha acusado al primer ministro de ser “cómplice” por su papel como director de la fiscalía pública durante la época en que estos crímenes ocurrieron. Su desdén también ha alcanzado a Jess Phillips, ministra de Protección, a quien describió como una “apologista del genocidio por violación”. Las declaraciones han generado respuestas enérgicas de los implicados: Starmer defendió su legado como fiscal y condenó las mentiras que, según él, solo buscan notoriedad.
El distanciamiento de Nigel Farage
Aunque Farage buscaba obtener un respaldo financiero significativo de Musk, este ha expresado su descontento con su liderazgo, afirmando que “Reform UK necesita un nuevo líder” y considerando a Rupert Lowe como un posible sustituto. Esta separación llega tras un encuentro reciente en Mar-a-Lago, donde Farage describió a Musk como un amigo cercano.
Las encuestas reflejan un panorama cambiante. Reform UK ha incrementado su apoyo hasta el 22%, situándose por detrás del Partido Laborista con un 28% y los conservadores con un 24%. Sin embargo, el potencial respaldo de Musk podría alterar significativamente las alianzas y las dinámicas políticas.
Polémicas y tensiones futuras
El interés de Musk en la política del Reino Unido se enmarca en su colaboración con Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, en un proyecto para supervisar el gasto gubernamental. Esta relación también podría influir en la forma en que Estados Unidos y el Reino Unido manejan sus relaciones políticas y comerciales. Mientras Farage ha minimizado las tensiones, anunciando una futura reunión con Musk, figuras como Starmer y la líder conservadora Kemi Badenoch no asistirán a la próxima investidura de Trump.
A medida que Elon Musk sigue aumentando su participación en los debates políticos, su impacto podría redefinir el papel de las figuras tecnológicas en las democracias modernas y desatar nuevas controversias sobre la influencia de poderosos intereses privados en la gobernanza pública.