El tipo de interés medio se reduce ligeramente al 18,22%
MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
El saldo vivo de los créditos con pago aplazado y tarjetas ‘revolving’ se situó en 11.374 millones de euros en julio, lo que supone un aumento del 17,6% en comparación con un año antes, así como un ligero descenso (-0,4%) frente al mes de junio.
Así lo reflejan los últimos datos del Banco de España, consultados por Europa Press, que muestran que el saldo vivo de este tipo de operaciones ha crecido un 13% desde que comenzó el año 2022, si bien se encuentra un 0,18% por debajo de febrero de 2020, último mes antes del estallido de la pandemia del coronavirus.
El aumento de las operaciones de crédito ‘revolving’ a lo largo del año coincide con cifras récord en el ahorro de las familias. A finales de julio, los depósitos de los hogares españoles ascendían a 997.400 millones de euros, un dato que supera en un 5,78% el ahorro de un año antes.
Asimismo, se produce en un escenario de inflación disparada. Precisamente, los expertos de Reclama Por Mí atribuyen el aumento de solicitudes de tarjetas revolving a la escalada de la inflación, que eleva el coste de la vida de los hogares españoles.
En concreto, el Índice de Precios de Consumo (IPC) ha disparado su tasa interanual en julio hasta el 10,8%, su nivel más alto desde septiembre de 1984 y seis décimas por encima de la registrada en junio.
“Esta circunstancia ha reducido drásticamente el poder adquisitivo de las familias que, ante esta situación, se ven abocadas a recurrir a sistemas de financiación alternativos que esconden altos intereses como es el caso de las tarjetas revolving”, señalan desde la plataforma especializada en la defensa del consumidor.
Las tarjetas ‘revolving’ ponen a disposición del cliente un límite de crédito que puede devolverse a plazos a través de cuotas periódicas que pueden establecerse como un porcentaje de la deuda existente o como una cuota fija.
La deuda derivada del crédito se renueva mensualmente, reduciéndose con los pagos de cuotas y aumentando con el uso de la tarjeta y con los intereses, comisiones y gastos generados, lo que deriva en que, si la cuota mensual que se paga es muy baja respecto al importe de la deuda, la amortización del principal se realiza a un plazo muy largo, elevando los intereses a pagar.
El Tribunal Supremo determinó el 4 de marzo de 2020 que los contratos de las tarjetas revolving con intereses superiores al interés normal del dinero debían considerarse usurarios, lo que ha provocado un aluvión de demandas de consumidores por este concepto.
Los datos del Banco de España reflejan que el tipo medio para las tarjetas de crédito ‘revolving’ se situó en julio en el 18,22%, ligeramente por debajo del 18,55% registrado hace un año, pero muy por encima del tipo medio ponderado del 6,82% aplicable al resto de los préstamos al consumo. Antes del fallo del Supremo, el tipo medio de las nuevas operaciones con tarjetas revolving rondaba el 20%.