El riesgo de la concentración bancaria nos lleva a un sistema oligopolístico: a quién perjudica
La concentración bancaria, se plantea una cuestión crucial: ¿hasta qué punto este proceso beneficia o perjudica a la economía y a los ciudadanos? La concentración bancaria, un fenómeno acelerado en España tras la crisis de 2008, podría estar desdibujando las opciones disponibles para consumidores, autónomos y empresas, con efectos potencialmente negativos para la competencia y la estabilidad económica.
La banca, elemento fundamental del crecimiento económico desde su creación, ha sido clave para impulsar el desarrollo de las regiones que han contado con un sistema bancario robusto. Sin embargo, España, que históricamente ha contado con una diversidad de opciones bancarias, ha visto en los últimos años un proceso de concentración acelerada, con grandes entidades dominando cada vez más el mercado. Este fenómeno ha sido en parte impulsado por políticas europeas que favorecieron la desaparición de las cajas de ahorro, pero también por decisiones políticas nacionales que contribuyeron a la actual situación.
Uno de los mayores riesgos asociados a esta concentración es la formación de un oligopolio, donde pocas entidades dominan la mayor parte del mercado, restringiendo la competencia y limitando las opciones para los consumidores. Este panorama se agrava con la posible fusión de entidades como BBVA y Sabadell, lo que podría consolidar aún más el poder de unos pocos actores. Hay que evitar un modelo oligopolístico que reduzca las oportunidades para el conjunto de la sociedad. Con una concentración que ya controla el 72% del mercado en España, el reto es encontrar un punto de equilibrio que no ponga en riesgo la estabilidad económica, ni el acceso a servicios financieros esenciales para los ciudadanos y las empresas.