MADRID, 24 (EUROPA PRESS)
El precio de los carburantes ha proseguido esta semana con su espiral alcista y ha subido hasta un 0,56% frente a hace siete días, con lo que ha tocado nuevos máximos anuales y se ha encarecido hasta un 14,6% en lo que va de 2021.
En concreto, el precio medio del litro de gasolina ha registrado su cuarta alza consecutiva (+0,51%) para alcanzar los 1,374 euros, consolidándose así en máximos desde octubre de 2014, según datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea recogidos por Europa Press.
Por su parte, el precio del gasóleo también sigue en esa tendencia alcista y encadena esta semana su noveno repunte (+0,56%), para tocar los 1,238 euros el litro, en niveles que no se veían desde junio de 2019.
Antes de Semana Santa, ambos carburantes ya recuperaron niveles preCovid, después de acumular desde noviembre un repunte de casi el 16% en la gasolina y de más del 17% para el gasóleo.
UN 14,6% MÁS CARO EN LO QUE VA DE AÑO
En lo que va de año, el precio medio del litro de gasolina acumula ya un encarecimiento del 14,6%, mientras que el del gasóleo remonta un 14,1%.
Con respecto a los precios de hace un año, que estaban marcados por la importante caída registrada especialmente a partir de marzo por la pandemia del Covid-19, el litro de gasolina es hoy un 22,8% más caro, mientras que el de gasóleo es un 21,5% superior.
Este incremento en los precios de los carburantes en los últimos meses ha venido de la mano de la recuperación en el precio del petróleo en los últimos meses.
El barril de crudo Brent, de referencia en Europa, cotizaba este jueves a 75,5 dólares, mientras que el Texas americano se intercambiaba a unos 73,4 dólares, en torno a un dólar por encima de los precios de hace una semana.
No obstante, la gasolina sigue estando más barata en España respecto a la media de la Unión Europea (UE) y la zona euro, donde el litro cuesta 1,496 euros y 1,550 euros, respectivamente, al mismo tiempo que el litro de gasóleo cuesta de media 1,343 euros en la UE y 1,368 euros en la eurozona.
El menor nivel de precios finales con respecto a los países del entorno se debe a que España, pese a las subidas del IVA, a los mayores impuestos y a los gravámenes al biodiésel, sigue contando con una menor presión fiscal, en general, que la media comunitaria.