la economía del gigante asiático comienza a sufrir los efectos de las restricciones impuestas para frenar al coronavirus.
El PIB ha crecido un 8,1% en 2021, en un ejercicio para el que Pekín se había marcado un objetivo de crecer por encima del 6% y frente al 2,3% del año pasado. Ante la reducción del gasto de los consumidores por la pandemia, Pekín decidió suavizar de nuevo la política monetaria. En tasa mensual la economía ha crecido por encima de las previsiones un 4%. Entre otros datos publicados este lunes, las ventas al por menor aumentaron sólo un 1,7% interanual en diciembre, por debajo de las previsiones de un aumento del 3,7%.
Mientras que la producción industrial ha crecido un 4,3% por encima de lo esperado. El banco central de China también sorprendió al recortar algunos tipos de interés de los préstamos clave en unos considerables 10 puntos básicos.