MADRID, 9 (EUROPA PRESS)
La onza de oro, activo refugio por antonomasia, ha dejado atrás este martes el récord establecido este mismo lunes tras conquistar sobre las 11.30 horas de esta mañana los 2.384,35 dólares (2.196,18 euros), según los datos del mercado consultados por Europa Press.
El metal precioso ha llegado a fijar un nuevo máximo histórico, si bien ha contenido su avance y ha ido perdiendo fuerza a lo largo del día y, sobre la hora de cierre en Europa, la onza cotizaba con una subida del 0,31%, a 2.358,30 dólares (2.172,19 euros).
Los analistas afirman que el oro se está viendo favorecido por las tensiones geopolíticas, ya que la guerra en Ucrania y en Gaza estarían animando a algunos inversores a invertir en lingotes. Además, algunos bancos centrales también han estado aumentando sus reservas de oro, como es el caso del banco central de China, que amplió sus existencias en marzo por decimoséptimo mes consecutivo.
La semana pasada el oro repuntó al son de la perspectiva de recortes de tipos de interés en Estados Unidos. En este sentido, el presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, aseguró la semana pasada que el banco central tiene tiempo para decidir sobre los recortes de tipos de interés, situados actualmente en el rango objetivo del 5,25-5,5%.
Igualmente, la onza de oro marcó máximos todos los días de la semana pasada después de que el viernes 29 de marzo se conociesen la inflación PCE de Estados Unidos y las declaraciones de Powell en las que apuntaba que se necesita consolidar el proceso desinflacionista.
En lo que va de año, el oro acumula una revalorización de más del 14%, si bien los avances se han concentrado especialmente en marzo con una subida de casi el 10%, al calor de las declaraciones y movimientos de los bancos centrales a propósito de cuándo y con qué intensidad llegarán los tipos de interés.
Paradójicamente, la perspectiva de una política monetaria dura durante más tiempo del previsto debería presionar a la baja al oro, ya que el metal cotiza en ‘billetes verdes’ y la teoría clásica postula que al mantenerse elevado el ‘precio del dinero’ cae el oro y viceversa.
Bank of America ha sostenido en un informe que los precios del oro “han sido notablemente resistentes en los últimos meses a pesar de que los bancos centrales de todo el mundo han endurecido su política monetaria” en tanto que las razones detrás de estas alzas del oro, que podrían catapultarse hasta los 2.400 dólares (2.210,6 euros), se encontrarían en la demanda de los bancos centrales y, especialmente, de China.
El estratega de mercados emergentes de Ostrum AM (filial de Natixis IM), Zouhoure Bousbih, ha explicado que la actual ‘fiebre del oro’ se fundamenta en el contexto de factores geopolíticos, como la guerra de Ucrania, y la diversificación de las reservas en dólares por parte de los bancos centrales de países emergentes.
Bousbih ha ahondado en que las condiciones financieras son determinantes en las perspectivas de los precios a corto plazo, si bien la demanda, en particular de los bancos centrales, es un determinante importante a largo plazo.
El ejecutivo ha apuntado a que el metal amarillo representa actualmente solo el 7% de las reservas de los bancos centrales de los países emergentes, pero que sus reservas se han más que duplicado desde 2008.
Los actores protagonistas en ese apartado son China, Rusia, India y Turquía, por cuanto, según Bousbih, el rápido aumento de las reservas de oro de los bancos centrales de los mercados emergentes refleja “la voluntad de diversificarse y alejarse del dólar, que sigue representando dos tercios de las reservas de los bancos centrales de todo el mundo”.
La disminución de la confianza de los países emergentes en el ‘billete verde’ está vinculada a consideraciones tanto económicas como geopolíticas. Bousbih ha añadido que el “colosal endeudamiento” de Estados Unidos también hace temer una pérdida de confianza en el dólar, lo que podría apoyar la demanda de oro.
El analista ha indicado que 2024 es un año de fuerte demanda de oro también por el apretado calendario electoral, especialmente, por las elecciones estadounidenses de noviembre.
En resumen, Bousbih ha enmarcado la explosión alcista del oro en el interés creciente de los bancos centrales por el metal tras la crisis financiera de 2008, que puso de manifiesto el riesgo de liquidez del dólar, así como la congelación de las reservas rusas de 300.000 millones de dólares (276.325 millones de euros) por los países del G7 tras la invasión de Ucrania en 2022 y que sirvió de ‘electroshock’ para los países emergentes.
“A falta de una alternativa al dólar, el oro se convirtió rápidamente en la forma de preservar las reservas de las sanciones estadounidenses”, ha resumido.