MADRID, 9 (EUROPA PRESS)
Un estudio del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha constatado el avance de las técnicas clave que ayudan a la captación neta de carbono de las tierras agrícolas durante la última década.
En concreto, tanto la siembra directa como las cubiertas vegetales permiten reducir las emisiones de CO2 de la actividad agraria y mejorar la estructura de los suelos, a la vez que aminoran su erosión y desertificación.
El documento ‘Agricultura de carbono: siembra directa y cubiertas vegetales’ sintetiza las principales conclusiones del análisis sobre la evolución de ambas prácticas, que además incluye por primera vez información sobre los rendimientos obtenidos con la siembra directa.
A partir de los datos de la Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de Cultivos de España (Esyrce) se observa que uso de las cubiertas vegetales ha aumentado un 15% y la siembra directa un 65% en la última década.
En 2021, las cubiertas vegetales ocuparon una superficie de 1,35 millones de hectáreas agrícolas, lo que supone el 25% de la superficie total de cultivos leñosos. La cubierta espontánea es la técnica mayoritaria, especialmente en el olivar, con 781.026 ha (el 28% de la superficie de este cultivo).
A su vez, la siembra directa en España alcanzó las 845.000 hectáreas, con una implantación destacada en el cereal -casi 750.000 hectáreas-, lo que equivale al 12% de la superficie total del cultivo.
La comparativa de los rendimientos obtenidos en parcelas de siembra directa frente a las de siembra convencional apuntan a que en el quinquenio 2017-2021 las diferencias medias son pequeñas. En el caso de los cereales de invierno, los rendimientos fueron superiores tan solo en un 0,6% con la siembra convencional en terrenos de secano y en un 1,4% con la siembra directa en los de regadío.
Agricultura ha señalado que entre las iniciativas nacionales en favor de la agricultura de carbono, hay que resaltar que el Plan Estratégico de la Política Agrícola Común (PAC) de España prevé, entre otras medidas orientadas a favorecer la agricultura de carbono, nueve regímenes en favor del clima y el medio ambiente.
Estos ecorregímenes, incluyen cuatro prácticas que se encuadran en el ámbito de la agricultura de carbono: el pastoreo extensivo, la agricultura de conservación con siembra directa, las cubiertas vegetales espontáneas o sembradas y las cubiertas inertes de restos de poda.