Yoon Suk Yeol, presidente de Corea del Sur, ha declarado este martes una “ley marcial de emergencia” en el país asiático, argumentando la necesidad de “erradicar la fuerzas pro-norcoreanas y proteger el orden constitucional libre”.
“Declaro el estado de emergencia y la ley marcial para proteger a la República de Corea de las amenazas de las fuerzas comunistas norcoreanas, para erradicar a las desvergonzadas fuerzas pro-Norte y antiestatales que están saqueando la libertad y la felicidad de nuestro pueblo, y para salvaguardar el orden constitucional de la libertad”, afirmó Yoon en un discurso televisado. También prometió “reconstruir y defender” el país, que, asegurando que está “cayendo en el abismo de la ruina nacional”.
El presidente no ha señalado qué medidas específicas se tomarán en Corea del Sur, pero una ley marcial es un estado de excepción de la aplicación de las normas legales que se regula en la constitución de cada país. Mediante la ley marcial se otorgan facultades a las fuerzas militares y a otros cuerpos policiales para que salvaguarden el orden público.
Contexto político y tensión parlamentaria
Este anuncio se produce tras una serie de conflictos entre el Ejecutivo y el Parlamento, liderado por el opositor Partido Democrático (PD). La Asamblea Nacional, dominada por el PD, aprobó recientemente un presupuesto para 2025 que recorta cerca de 3000 millones de dólares del proyecto original del Gobierno y mociones para destituir a altos funcionarios clave, lo que fue percibido como un intento de limitar la administración de Yoon.
Lee Jae-myung, líder del PD, calificó la declaración de la ley marcial como “inconstitucional” y “contra el pueblo”. “El parlamento intentará revocar esta decisión, aunque tememos que los militares intenten arrestar a legisladores que apoyen la anulación”, dijo Lee. Mientras tanto, el medio YTN informó que el presidente de la Asamblea Nacional, Woo Won-shik, se dirige al parlamento y busca convocar una sesión sobre el evento. Este es el primer caso de ley marcial en Corea del Sur desde 1980.
Incluso dentro del partido gobernante, la medida ha generado rechazo. Han Dong-hoon, líder del PPP, afirmó: “La declaración de ley marcial es incorrecta. Exigiremos su levantamiento de inmediato en la Asamblea Nacional”, según recoge el medio surcoreano Kukmin Ilbo.
Reacciones internacionales y económicas
En el plano internacional, Estados Unidos sigue cerca la situación. Según el corresponsal de Axios, Barak Ravid, la administración del presidente estadounidense Joe Biden está en contacto con las autoridades surcoreanas y “sigue de cerca la situación”.
En los mercados financieros, el anuncio provocó un desplome del won surcoreano, que alcanzó su nivel más bajo en dos años frente al dólar estadounidense. A las 15:30, hora de Madrid, el won cayó un 1.43%, cotizando a 1424,10 wones por dólar.
¿Qué implica la ley marcial?
Según el Artículo 77.1 de la Constitución surcoreana, la ley marcial “extraordinaria” otorga al Ejército control sobre la seguridad y el orden público, restringiendo derechos ciudadanos y actividades políticas. Según Yonhap, el mando militar prohibirá manifestaciones, huelgas, y controlará los medios de comunicación y publicaciones.
El decreto establece: “Se debe minimizar cualquier inconveniente para la vida de las personas, excepto para las fuerzas contrarias al régimen”. Sin embargo, la Constitución permite a la Asamblea Nacional revocar la ley marcial con el voto de la mayoría de sus miembros.
Impacto inicial
El jefe del Estado Mayor del Ejército, Park An-su, confirmó la prohibición de actividades políticas, incluidas las del Parlamento, así como de manifestaciones y publicaciones que se consideren disruptivas. “Se prohíbe cualquier acto que niegue o intente derrocar el sistema democrático liberal, y se prohíben las noticias falsas, la manipulación de la opinión pública y la propaganda falsa (…) todos los medio y publicaciones están bajo el control de comando de la ley marcial”, señaló Park.
Esta crisis política y social, combinada con la incertidumbre económica, podría marcar un punto de inflexión en la presidencia de Yoon.