Tras meses de discusiones sobre cómo usar los beneficios que generan los activos rusos congelados, el G-7 ha llegado hoy a un acuerdo. Será una estructura de préstamos basada en el tamaño de las economías de los países y el objetivo es proporcionar a Ucrania unos 50.000 millones de dólares de ayuda al año. Cada país otorgará a Kiev el préstamo que le corresponda, un préstamo que será reembolsado usando las ganancias generadas por los fondos rusos bloqueados, unos 280.000 millones de dólares.
Los préstamos se estructurarán según los procedimientos internos de cada país, y cada uno asumirá el riesgo del préstamo que conceda, en el caso de que los activos congelados generen menos beneficios de los previstos.
Se espera que el acuerdo sea una sólida base de financiación para Ucrania a corto y medio plazo, que podría empezar a recibir los primeros millones a finales de este año. El G-7 lanza, de este modo, un mensaje a Rusia de la responsabilidad de su apoyo a largo plazo a Ucrania.