Tirón de orejas del FMI a Estados Unidos. El organismo le ha pedido a Washington que suba los impuestos para frenar los niveles cada vez más altos de la deuda. Además, ha advertido de que ese crecimiento tan “robusto y dinámico” puede suponer una amenaza para la inflación.
En la declaración final para su revisión del “Artículo IV” de las políticas económicas de Estados Unidos, el FMI insiste en que los altos déficits y la deuda “crean un riesgo creciente para la economía estadounidense y mundial, lo que podría traducirse en un aumento de los costos de financiación fiscal y en un riesgo creciente para la refinanciación fluida de las obligaciones próximas al vencimiento”.
Además, el FMI ha revisado ligeramente a la baja su previsión de crecimiento del PIB de Estados Unidos para 2024, hasta el 2,6%, desde el 2,7% previsto en las Perspectivas de la economía mundial del prestamista, en abril. Para 2025, el FMI espera que el crecimiento de Estados Unidos baje al 1,9% -sin cambios respecto a las perspectivas de abril- y se mantenga por encima del 2% hasta el final de la década.
“La economía estadounidense ha demostrado ser robusta, dinámica y adaptable a las cambiantes condiciones mundiales”, dijo el FMI. “La actividad y el empleo mantienen sus expectativas (…) y el proceso de desinflación ha sido considerablemente menos costoso de lo que muchos temían”.
Sin embargo, el FMI no se ha cortado al reprender a Washington por los crecientes déficits que, de continuar, llevarían la relación deuda/PIB de Estados Unidos a un nivel preocupante del 140% a finales de la década. La medida del FMI incluye las pensiones de la Seguridad Social y las obligaciones sanitarias de Medicare.