Declaraba como imputado en la pieza 21 de Tándem por el contrato del comisario por parte de Repsol y Caixabank
MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
El que fuera hasta diciembre de 2019 secretario general de Repsol, Luis Suárez de Lezo, ha declarado como imputado este jueves ante el juez de la Audiencia Nacional que instruye ‘Tándem’. Según fuentes presentes en el interrogatorio, en su comparecencia ha aseverado que él no encargó al jefe de seguridad de la petrolera que contratara a la empresa del comisario José Manuel Villarejo, y ha calificado la operación de Sacyr y Pemex para controlar Repsol de “auténtico concierto hostil”.
Suárez de Lezo, que ha respondido a las preguntas tanto de Fiscalía Anticorrupción como de las partes –a excepción de la acusación particular que ejerce el expresidente de Sacyr Luis del Rivero–, declaraba en el marco de la pieza 21, en la que el magistrado Manuel García-Castellón indaga en el encargo que tanto Repsol como Caixabank realizaron al comisario en 2011 como respuesta al intento de Pemex y Sacyr de hacerse con el control del consejo de administración de la petrolera.
El trabajo de Villarejo, a través de su grupo Cenyt, consistió en realizar labores de inteligencia encaminadas a abortar la operación, y en espiar a Luis del Rivero y a su entorno. Se da la circunstancia de que en ese momento aún era funcionario de la Policía.
En el auto por el que el juez imputaba a los directores de seguridad de la entidad bancaria y de la petrolera, explicaba que esos servicios “tendrían como objetivo salvaguardar los intereses de ambos clientes, que aparecen como aliados empresariales, en un contexto de pugna entre accionistas de referencia en Repsol YPF SA para tomar el control de la compañía”.
Hoy el exdirectivo ha indicado que Rafael Araujo, jefe de seguridad de la petrolera, le comunicó que había contratado servicios de inteligencia por el movimiento de Pemex y Sacyr, con el que pretendían evitar una OPA y hacerse con el control de una compañía estratégica española, lo que hubiera supuesto que el Estado mexicano controlara de facto una gran petrolera multinacional. De hecho, ante el juez ha comentado que incluso el Gobierno argentino se interesó por la operación, porque de haber cristalizado habría supuesto que México controlara un servicio estratégico en su país.
Según Suárez de Lezo, el objetivo de Sacyr y Pemex era desintegrar la compañía, “robar” la tecnología de Repsol de aguas profundas y quedarse además con profesionales cualificados.
REUNIONES OCASIONALES CON ARAUJO
En ese contexto es donde entra Villarejo, pero el exdirectivo de la petrolera ha subrayado que el presidente, el también imputado Antonio Brufau, no dio orden previa para su contratación, por lo que se deduce que fue de Araujo, según lo sostenido por Suárez de Lezo, de quien partió la iniciativa de contratar al comisario como empresa externa.
Así, el responsable de Seguridad le habría confirmado que se había contratado a Cenyt, que era una empresa reconocida y que trabajaba ya para otras grandes empresas. Ha incidido en que si bien él no sabía ni quién era el comisario ni qué empresa era Cenyt, no planteó ningún obstáculo y no hablaron del objeto del contrato, a pesar de que conocía que tenía relación con inteligencia.
Ante el juez ha explicado que mantuvo reuniones sobre el asunto con Araujo, encuentros personales, ocasionales y ejecutivos, pero que la información que trataban era general, por lo que no sabía que hacía exactamente Cenyt.
Dado que en esta pieza declaran este viernes como investigados tanto el presidente de la Fundación Bancaria La Caixa, Isidro Fainé, como Brufau, a Suárez de Lezo se le ha preguntado sobre si ambos presidentes podrían haber tenido conocimiento o parte en el asunto, a lo que ha respondido que puede ser que ellos se comunicaran por la contratación de esa empresa externa. Fuentes consultadas matizan que el exdirectivo ha recordado que dado que Fainé en esa época también era vicepresidente de Repsol, entra dentro de la lógica que ambos hablaran de asuntos varios.
El juez, en su auto por el que imputaba a este directivo, señalaba que fue a quien reportó el jefe de seguridad del Repsol del primer contacto con Villarejo, que se produjo el 2 de octubre de 2011 en la festividad del patrón de la Policía Nacional. Según el informe interno de Repsol, Araujo “siempre reportó” a Suárez de Lezo la información recibida, a lo que el magistrado añadía que en la declaración judicial de Araujo de diciembre de 2020, éste narró también dicha participación.
EL CONTRATO DE 2014
Hoy, Suárez de Lezo ha reconocido que es posible que le dijera a Araujo que le iba a llamar su homólogo en Caixabank, Miguel Ángel Fernández Rancaño, y que en 2014 no tuvo nada que ver con otro encargo que se le realizó a Cenyt desde la petrolera.
En esa ocasión se le ordenó a la empresa de Villarejo investigar la asistencia de un consejero de Repsol –de Pemex– a un evento deportivo que se celebraba a la par que una comisión en la que debía participar. Por ese contrato Cenyt les cobró 24.200 euros.
Por otro lado, este jueves también declaraba un segundo directivo de Repsol, Juan de Amunátegui. En su auto, el juez indicaba que fue indiciariamente informado, al igual que Joaquín Uris, sobre el contenido de la investigación de Cenyt y que no solo recibió informes sino que además validó una de las facturas por importe de 45.000 euros en mayo de 2012.
Pero De Amunátegui ha explicado que él no despachó con Araujo y que sólo le comentaba sobre el tema a título de cotilleo. No obstante, sí ha reconocido que autorizó alguna factura que iba destinada a ‘seguridad/vigilancia’.