Según la plataforma Denaria
La sustitución del dinero en metálico por formas de pago digitales y electrónicas está llevando a la exclusión del sistema económico de los habitantes de las localidades más pequeñas y está fomentando la despoblación de las zonas rurales, de hecho, para el 74% de los españoles que viven en localidades de menos de 10.000 habitantes, el dinero en efectivo es esencial en su día a día, del mismo modo que lo es para el 80% de las personas de 65 años o más.
Así se desprende del estudio ‘Encuesta sobre la necesidad de permanencia del dinero efectivo’ realizado por la plataforma Denaria, donde también se afirma que el 90% de los españoles que residen en áreas más despobladas respaldan la permanencia del efectivo. Además, el 41% considera que las formas de pago digitales no son accesibles para la población rural. En definitiva, para el 76% de los españoles, el efectivo es la forma de pago más accesible y democrática.
“El efectivo es un servicio fundamental para los ciudadanos, especialmente en las zonas de mayor despoblación donde las dificultades para el acceso al efectivo están ensanchando la brecha financiera y agravando la situación de la vulnerabilidad de muchos españoles, con especial impacto en la población mayor”, recuerdan desde la Plataforma Denaria, quienes hacen un llamamiento a la búsqueda de soluciones que permitan “garantizar el acceso servicios básicos en las zonas rurales”.
CONSECUENCIA DEL CIERRE DE OFICINAS BANCARIAS: VULNERABILIDAD
El cierre de oficinas bancarias está agravando esta situación, que afecta sobre todo a zonas rurales con población de avanzada edad. El análisis ‘Infraestructura del efectivo y vulnerabilidad en el acceso al efectivo en España’ realizado por el Banco de España revela que en torno a 1,3 millones de ciudadanos (un 3% de la población española) está actualmente en una situación de vulnerabilidad financiera, a raíz del cierre de sucursales bancarias, que ha reducido de manera notable el número de puntos de acceso al efectivo.
De hecho, desde 2008 el número de oficinas bancarias ha caído a casi la mitad y la cifra total de cajeros automáticos se ha reducido un 20 %. En concreto, a finales de 2020, el número de oficinas bancarias y cajeros automáticos en España era de 22.299 y 49.481, respectivamente. Esto se traduce en apenas 1,5 puntos de acceso al efectivo por cada 1.000 habitantes.
Algo que ha afectado fundamentalmente en las zonas más despobladas, donde el 40% de su población es mayor de 60 años y la renta disponible está por debajo de la media nacional. De hecho, debido a las dificultades que tienen las personas mayores para acceder al dinero en efectivo, el estudio ‘Análisis del papel del dinero en efectivo en las áreas despobladas en España’, realizado por la Universidad de Zaragoza, califica de consumidores vulnerables a las personas mayores que residen en las zonas más despobladas del país.