Durante la noche se descubrió una nueva rotura en un cable de una línea de internet que conecta Suecia con Finlandia, y la policía sospecha de una actividad delictiva, según informó este martes la estación de radio nacional sueca Sveriges Radio, citando a su servicio de noticas Ekot.
De acuerdo con el informe, fue la policía finlandesa quien detectó la rotura del cable e inició una investigación, notificando a las autoridades suecas. La policía sueca, por su parte, también considera que podría tratarse de un sabotaje. Ekot informó que aproximadamente 6000 clientes privados y unos 100 clientes comerciales se vieron afectados por la rotura del cable de internet, según la empresa afectada, GlobalConnect. La compañía explicó que se registraron dos roturas independientes en el cable de fibra óptica, y que una de ellas fue reparada el martes por la mañana.
No obstante, la policía finlandesa aún está investigando el incidente para determinar las cusas, auqnue no ha abierto una investigación criminal hasta el momento. “Basándonos en la información actual, no tenemos motivos para sospechar de un delito en este caso”, declaró a Reuters el inspector Teemu Saukoniemi de la Junta Nacional de Policía de Finlandia.
Este nuevo incidente se produce tras el corte otro cable de datos que conectaba Alemania con Finlandia hace dos semanas, lo que ha llevado a la Fiscalía sueca a abrir una investigación por posible sabotaje.
Aumento de las acusaciones de sabotaje
El 18 de noviembre, horas después de que dos cables de comunicación fueran cortados en el Mar Báltico, 30 buques de la OTAN y 4000 militares se desplazaron a la misma zona para realizar uno de los ejercicios navales más grandes del norte de Europa. El simulacro, denominado “Freezing Winds”, tuvo una duración de 12 días y fue parte de un esfuerzo por reforzar la protección de la infraestructura de la alianza defensiva transatlántica en aguas que transportan el 15% del tráfico marítimo mundial y que son cada vez más vulnerables a posibles ataques.
El mar Báltico, que está rodeado por ocho países de la OTAN y Rusia, ha sido escenario de varios incidentes desde 2022, cuando Rusia invadió Ucrania. Desde entonces, se han registrado al menos tres eventos de posible sabotaje que afectan a los aproximadamente 40 cables de telecomunicaciones y los gasoductos críticos que atraviesan su lecho marítimo, relativamente poco profundo.
“La OTAN está intensificando las patrullas… los aliados están invirtiendo en tecnologías innovadoras que pueden ayudar a proteger mejor estos activos”, aseguró el comandante Arlo Abrahamson, portavoz del Comando Marítimo Aliado de la OTAN.
El daño a los cables no es un fenómeno nuevo. Según el Comité Internacional de Protección de Cables, con sede en el Reino Unido, cada año se registran alrededor de 150 daños en cables en todo el mundo. Los cables de telecomunicaciones, las líneas eléctricas y los gasoductos en el mar Báltico, de aguas poco profundas, son especialmente vulnerables debido al intenso tráfico marítimo, según la empresa de investigación de telecomunicaciones TeleGeography, con sede en Estados Unidos.
Si se confirma que alguno de los incidentes recientes fue un sabotaje llevado a cabo por otro país, se trataría del regreso de una forma de guerra no vista en décadas. Mientras tanto, China ha expresado su disposición para colaborar en la investigación, mientras que su aliado Rusia ha negado su participación en cualquiera de los incidentes relacionados con la infraestructura del Báltico.