Ve necesario que que en 2021 se recupere al menos el 40% del turismo de 2019
MADRID, 31 (EUROPA PRESS)
El Consejo General de Economistas (CGE) ha revisado una décima a la baja la previsión de crecimiento del PIB de España, hasta el 5,6% en 2021, un empeoramiento de las expectativas debido al retraso en la vacunación, la demora del plan de recuperación europeo y el comienzo de la cuarta ola en España, que ya está golpeando a muchos de los países del entorno.
Este es el reflejo de una revisión a la baja de las previsiones de crecimiento en este primer trimestre del año, entre -0,3% y -0,6% recogida en el Observatorio Financiero del Consejo General de Economistas.
Sin embargo, los economistas ven probable que las ayudas europeas empiecen a materializarse a final de este año, pero sobre todo en 2022, por lo que se espera que sus efectos se noten en el próximo año, en torno al 1% del PIB, de ahí que hayan elevado la previsión de crecimiento para 2022 al 5,4%.
PREVÉN UN DÉFICIT MAYOR QUE EL ESPERADO POR EL GOBIERNO
Según las estimaciones publicadas este miércoles, la previsión del déficit público se mantendrá en torno al 10% este año, aunque el objetivo del Gobierno es que se sitúe por debajo del 7%. Así mismo, se mantiene la estimación de que la deuda pública se sitúe entre el 119% y el 121% del PIB para 2021.
Por su parte, también han mantenido la previsión de que la tasa de paro se sitúe en una horquilla entre el 16,5% y el 17,5%, teniendo en cuenta que los ERTE se mantengan hasta final de año.
Temen, no obstante, que gran parte de estos trabajadores acogidos a ERTES finalmente acaben en desempleados, lo que hará incrementar aún más el gasto público. Como ejemplo, en el sector automovilístico, con tanto peso en nuestro país, se han destruido 8.000 empleos y se han cerrado cerca de 100 concesionarios.
En cuanto al ahorro prevención, los economistas han apuntado que se sitúa en máximos y actualmente supone el 22% de la renta disponible. En este sentido, han augurado que mientras no se reinicie la movilidad, no se reactivará el consumo ni la inversión por las expectativas inciertas.
REBOTE EN EL SEGUNDO SEMESTRE SI SE RECUPERA ALGO EL TURISMO
Según han argumentado desde el CGE, la evolución anual del PIB en 2020, aún siendo dos décimas mejor de lo esperado (-10,8%), ha arrojado un cuarto trimestre con un crecimiento nulo, inferior al 0,4% anticipado en enero, que ha hecho que reste tracción e inercia al comienzo del ejercicio 2021.
Lo demuestran los datos de actividad publicados relativos a estos dos primeros meses, como es el caso del índice de producción industrial, que en enero ha tenido una variación del -0,7% con respecto a diciembre, y del -2,2% respecto al mismo mes del año anterior. En cuanto al comercio minorista, el índice ha sufrido una caída en enero del 7,6% respecto al mes anterior, aunque en febrero ha registrado una cierta recuperación del 4,6% con respecto a enero, si bien se mantiene en tasas interanuales negativas:
En febrero se ha constatado la destrucción de empleo -la cifra de parados se ha incrementado en 44.436 personas-, y la caída del número de empresas. Así mismo, la matriculación de automóviles ha caído un 38,4%. En base a estas consideraciones, revisamos nuestra previsión a la baja de la economía en este trimestre, entre -0,3% y -0,6%.
Las esperanzas de reactivación del sector servicios por la Semana Santa se han esfumado, y ahora se tiene como objetivo el verano, teniendo en cuenta que, en España, el 67,8% del PIB corresponde al sector servicios, y de éste más del 12% corresponde al turismo.
Es por ello que el CGE considera que, si en el tercer trimestre se recupera la movilidad, en sincronía con Europa, y se consigue alcanzar al menos el 40% de la actividad turística de 2019, podría darse un cierto rebrote en el último semestre que podría mejorar las previsiones.
El IPC adelantado del mes de marzo se ha incrementado el 1% respecto al mes anterior y 1,3% en tasa interanual, frente al -0,6% y 0%, respectivamente, registrados en febrero. Este elevado crecimiento se debe fundamentalmente al incremento de los precios de la electricidad y los carburantes que, como se sabe, cayeron de forma drástica en marzo del año anterior. De hecho, la inflación subyacente se ha incrementado solo el 0,3%.