MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
El cambio climático podría estar cambiando las dinámicas tradicionales del turismo en España, provocando una mayor número de turistas internacionales que visitan el norte de España, con unas temperaturas más moderadas en verano, y que las llegadas en invierno crezcan a un ritmo mucho más rápido que en verano.
Esta es una de las explicaciones que baraja el Banco de España en un artículo publicado este miércoles sobre la diversificación de los flujos turísticos.
La publicación admite que, aunque “aún es pronto para extraer conclusiones”, este fenómeno estaría reduciendo la concentración de turistas en las zonas de mayor afluencia en los meses estivales y aumentando la ocupación durante el otoño y el invierno.
Además, también señala que el buen índice de seguridad de España en el World Economic Forum también es un factor que le da ventaja frente a competidores del Mediterráneo oriental ante el clima de inestabilidad geopolítica que se está dando.
MÁS TURISTAS EN INVIERNO, DE MÁS NACIONALIDADES Y CON MAYOR GASTO
Según los datos, los meses de octubre, noviembre y diciembre de 2023 registraron incrementos de turistas extranjeros del 10%, 16% y 25% con respecto a los mismos meses del periodo analizado (2016-2019), antes de la pandemia, mientras que los meses de verano tan solo crecieron un 1%. Durante el primer trimestre de 2024, las llegadas superaron en un 22% a las del mismo trimestre de los años entre 2016 y 2019.
Según destaca el artículo del Banco de España, antes de la pandemia, el turismo internacional era muy concentrado tanto en el tiempo como en el área geográfica tanto de origen como de destino.
Casi la mitad venían en los meses de verano y las comunidades autónomas de Canarias, Baleares, Cataluña y Andalucía aglutinaban casi al 80% de todos los turistas. Además, predominaban los turistas de proximidad, es decir, de estados europeos como Reino Unido, Francia o Alemania.
Esta tendencia ha cambiado en los últimos años, dándose una dinamización de las llegadas de turistas internacionales. Además de venir cada vez más durante el invierno, el número de pernoctaciones de extranjeros en regiones del norte de España han crecido más que en los archipiélagos y el sur.
Las regiones del Cantábrico, Comunidad Foral de Navarra y La Rioja registraron aumentos de más de 26% en 2023 frente a antes de la pandemia, mientras que en Canarias, Baleares y Andalucía decrecieron un 0,5%, 0,1% y 0,2%, respectivamente.
NACIONALIDADES MÁS DIVERSAS
El origen de los turistas también es un punto que ha variado con respecto a los años anteriores a la pandemia. Si antes la mayoría era europea, ahora se está dando un “notable” crecimiento de turistas procedentes de América y, más concretamente, de Estados Unidos, que en 2023 superaron en un 40% los que se recibían en los años anteriores a 2020.
A la par, los turistas de países del entorno han crecido de manera muy moderada, como es el caso de Francia (+5%) o Italia (+14%), mientras que los principales países emisores, Reino Unido y Alemania, presentan descensos del 5%.
También ha aumentado el interés por los hoteles de categoría alta (cuatro y cinco estrellas), lo que va aparejado a un incremento de las plazas ofertadas en este segmento. Esto se traduce en un mayor gasto medio por turista.
Así, según recoge la Encuesta de Ocupación Hotelera, el número de plazas ha aumentado más en aquellos establecimientos de mayor categoría –situándose un 10% por encima del nivel promedio de 2016-2019–, frente a la caída que han experimentado el resto de las categorías, que aún no habrían recuperado sus niveles previos a la pandemia.
INCERTIDUMBRE PARA EL FUTURO
De cara a los próximos años, el artículo señala que no está definido si va a continuar esta tendencia, aunque aún hay “dos márgenes de mejora” adicionales.
Por una parte, el turismo de negocios –menos susceptible a la estacionalidad– se encontraba en 2023 un 3% por debajo de los niveles previos a la pandemia, según los datos del INE.
Por otro lado, aún hay países emisores que no han recuperado las cifras de prepandemia, como es el caso de Japón, que además presenta un gasto medio por turista más elevado.
Además, la progresiva recuperación de las economías europeas tras la crisis energética y la mejora de las rentas podría ser un factor que dé “soporte adicional a corto y medio plazo”.
Sin embargo, el Banco de España advierte de incertidumbres de cara al futuro, ya que los flujos turísticos dependen de las tensiones geopolíticas y de la economía global.
Además, el sector se enfrenta a retos como la transición energética y al calentamiento global, algo a lo que España está “particularmente expuesto”.