MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
El bienestar material de los españoles cayó menos que el PIB durante la gran recesión y la pandemia, gracias a la contribución de actividades productivas excluidas del PIB, como el trabajo doméstico y el tiempo de ocio, según un estudio de BBVA Research.
El informe señala que el consumo ampliado de los hogares, que sí incluye esas dos actividades, fluctuó entre 2000 y 2022 menos que el PIB y, tras ese periodo, casi lo duplicaba, por lo que BBVA Research concluye que los hogares españoles sufrieron menos el impacto de las dos crisis.
Para medir esas variables, la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) han desarrollado un nuevo indicador, denominado consumo ampliado de los hogares para medir el bienestar.
Este indicador analiza el gasto en consumo de los hogares en bienes y servicios y la parte de la producción doméstica que incluye el nstituto Valenciano de Investigaciones Económicas (SEC), así como el gasto de las instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares (Isflsh) y de las administraciones públicas para los hogares. Además, se añade el valor del tiempo empleado en la producción doméstica y el valor del tiempo de ocio de las personas.
Este indicador de consumo ampliado ascendió a cerca de 2,5 billones de euros en 2022, por lo que casi triplica el consumo que mide el SEC y casi duplica el valor del PIB. Los dos componente no incluidos en las estimaciones del SEC (producción doméstica y ocio) ascendieron a 1,5 billones de euros.
El estudio también concluye que el tiempo dedicado al ocio supone un 36,1% y el valor del consumo asociado a la producción doméstica alcanza el 28,6%.
De esta forma, el ocio y la producción doméstica concentraron el 64,7% de consumo ampliado, por encima del 28,2% del el gasto en consumo de los hogares dirigido al mercado y el 7,1% del gasto de las administraciones públicas y las Isflsh.
El estudio de BBVA Research añade que, antes y después de la gran recesión, el consumo de los hogares incluido en el SEC siguió una pauta bastante similar a la del PIB, con una tasa por encima del 3% real anual de media entre 2000 y 2008, pero se redujo casi un 12% hasta 2013 para repuntar de nuevo a partir de 2014, creciendo un 14,2% hasta 2019.
Por su parte, el consumo ampliado creció menos a principio del siglo, pero prolongó su crecimiento hasta 2011. Después, en los años de los mayores ajustes públicos y privados retrocedió con menos intensidad que el gasto en consumo de los hogares. En 2013, el consumo ampliado volvió a una tendencia alcista, interrumpida con la pandemia, pero menos afectada que el consumo SEC o el PIB.
BBVA Research sostiene que la caída del bienestar material estuvo amortiguada por la mayor contribución del trabajo doméstico y el valor del tiempo de ocio disfrutado.