Un día después de las actas de la FED, conocíamos las minutas del BCE este jueves. De ella, se constata que no hay consenso en el seno del BCE sobre cuánto durará la inflación. Es uno de los mensajes que se desprende de las minutas de la última reunión del BCE.
El organismo mide cómo ajustar su política monetaria tras la irrupción de la guerra en el escenario económico. Aunque el BCE considera que la guerra probablemente afectará el crecimiento económico a corto plazo, prevé que el crecimiento anual se mantendrá positivo incluso en un escenario severo, por lo que apunta a una “slowflation” en vez de una estanflación. El matiz es ese, que no habrá un parón o retroceso en la economía, pero sí una ralentización del crecimiento.
En cuanto a los estímulos, el BCE espera finalizar el programa APP en verano y abre la puerta a una subida de tipos posterior. Un movimiento que, en todo caso, sería en el tercer trimestre de este año.