El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha decidido adoptar una postura de cautela ante los riesgos y la incertidumbre que se están acumulando para la economía europea como consecuencia de la guerra en Ucrania.
En la rueda de prensa posterior a la reunión de política monetaria de este jueves, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha asegurado que los riesgos a la baja para la eurozona se han “incrementado significativamente” como resultado del conflicto. Además, aunque los riesgos relacionados con la pandemia hayan descendido, los procedentes de la guerra probablemente tengan un mayor efecto sobre las expectativas económicas.
“La guerra en Ucrania está afectado severamente a la economía de la zona euro y ha incrementado de forma significativa la incertidumbre”, ha alertado Lagarde, al tiempo que ha reconocido que el riesgo para la inflación se ha intensificado, especialmente a corto plazo.
En este contexto, el BCE no ha adoptado ninguna nueva medida este jueves. En su lugar, se ha adherido a la hoja de ruta modificada tras la reunión de marzo.
La entidad monetaria realizará compras netas en abril por valor de 40.000 millones, que bajarán a 30.000 millones en mayo y 20.000 millones en junio. Tras esa fecha, el BCE considerará finalizar las compras netas de activos al amparo del programa de compra de activos públicos (APP, por sus siglas en inglés) en el tercer trimestre, siempre que los datos apoyen las previsiones a medio plazo de inflación.
Durante la rueda de prensa, Lagarde ha reconocido que el comunicado emitido este jueves por el Consejo de Gobierno sugiere de forma mucho más segura que las compras netas vayan a finalizar en el tercer trimestre en comparación con lo dicho en marzo. No obstante, ha reconocido que el BCE no ha ofrecido una fecha definitiva todavía de forma intencional.
La próxima reunión de la entidad con sede en Fráncfort es el 9 de junio y, previsiblemente, se adoptarán nuevas decisiones monetarias. No solo es una reunión en la que se publicarán las nuevas proyecciones macroeconómicas de la zona euro, también es la última reunión que tiene lugar en el segundo trimestre del año, por lo que cualquier decisión sobre el fin de las compras netas deberá adoptarse en ella.
En este sentido, la presidenta del BCE ha reconocido que el cónclave de dentro de dos meses contendrá un “elemento de juicio” con respecto a la política monetaria
Lagarde también ha abierto discretamente la puerta a una subida de tipos a corto plazo. La actual orientación a futuro del BCE indica que los tipos comenzará a subir “en algún momento después” del fin de las compras netas. Preguntada por los periodistas, la francesa ha subrayado que “en algún momento después” puede significar una semana o varios meses.