La economía regional crecerá un 2,4% en 2024, una cifra baja para hacer frente a la desigualdad
MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
El Banco Mundial ha revisado al alza en una décima sus previsiones de crecimiento para la economía de América Latina en el año 2023, pasando del 1,3% que estimaba el pasado mes de enero al 1,4%.
Entre los motivos, el organismo considera que la región se enfrenta a una serie de “vientos de cara” como los elevados tipos de interés y la incertidumbre económica a nivel internacional, que llevan a pronosticar un bajo crecimiento durante este año.
Sin embargo, y a pesar de la falta de “vientos de cola favorables”, los bancos centrales de América Latina podrían comenzar a reducir su tasa de política monetaria, lo que se traduciría en mejores cifras macroeconómicas. “Es necesario terminar el trabajo para bajar la inflación, el desafío más urgente para la región en la actualidad”, ha afirmado el economista jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, William F. Maloney.
Tan pronto como se controle la inflación, se comenzarán a bajar los tipos de interés, lo que traerá un resultado “útil” para la región. Precisamente, países como Brasil o Chile ya cuentan con tasas de política monetaria elevadas, reflejando que la región está “adelantada” frente a Europa o Estados Unidos.
Sus previsiones de crecimiento coinciden con las de otros organismos multilaterales como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que estima un crecimiento del PIB para el año 2023 del 1,3%, o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que es más pesimista, augurando un crecimiento del 1%.
Por países, únicamente Chile y Haití tendrán un desempeño negativo en el año 2023, con caídas del 0,7% y 1,1%, respectivamente. Por debajo del 1% tan solo se situarán Argentina (0%) y Brasil (0,8%), mientras que Uruguay, México o Colombia tendrán un crecimiento menor al 2%. En el caso de Centroamérica, las perspectivas son más positivas, con incrementos que van desde el 2,3% de El Salvador hasta el 5,7% de Panamá.
CRECIMIENTO DEL 2,4% EN 2024
De cara a 2024 y 2025, el Banco Mundial calcula que la región crecerá en torno al 2,4% en ambos casos. Esta cifra es similar a la que viene registrando América Latina desde la última década, lo que es reflejo de un crecimiento moderado y que resulta “bajo” para reducir la pobreza o hacer frente a las tensiones sociales.
No obstante, a pesar de ser una de las regiones que menos ha crecido en los últimos años, el organismo se ha mostrado “optimista” y ha señalado que se espera que se recuperen los bajos índices de pobreza y desigualdad que se daban antes del estallido de la pandemia.
En todo momento, los distintos países deben buscar “el menor impacto” para los hogares a la hora de combatir la inflación, así como se tiene que apostar por aplicar todas aquellas reformas estructurales que necesita la región para crecer.
En este sentido, uno de los asuntos que está sobre la mesa, según el Banco Mundial, es recuperar el peso comercial de América Latina a nivel internacional. “Los precios del petróleo, más altos de lo pronosticado, o la posible escasez de alimentos a causa de la guerra son problemas para los que la región podría tener solución”, ha señalado Maloney.
APROVECHAR LAS TENDENCIAS GLOBALES
Así, el Banco Mundial ha instado a los países de Latinoamérica a aprovechar dos tendencias globales como son el ‘nearshoring’ y la transición energética.
La región está “mas cerca” en términos geográficos y económicos para suplir las necesidades de la cadena de valor, por lo que es necesario crear nuevas fuentes de producción que permitan a su vez diversificar las bases de las economías latinoamericanas.
Por su parte, América Latina tiene la capacidad de convertirse en el principal territorio en términos de exportación de energía verde, ya sea a partir del hidrógeno, la eólica o las placas solares. Además, cuenta con los mayores yacimientos de litio del planeta.
“Estas tendencias son grandes oportunidades, pero nos obligan a estar bien integrados en las cadenas de valor de la economía mundial” ha manifestado el economista jefe.
Finalmente, en línea con lo que han expresado recientemente una gran parte de los bancos centrales de América Latina, el Banco Mundial ha augurado que las posibilidades de contagio de la crisis bancaria en Estados Unidos en la región “son mínimas”. Aún así, ha invitado a supervisar de cerca el estado del sistema financiero para prevenir que la situación pueda ir a peor.