MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
El Banco de Japón (BoJ) ha revisado al alza sus expectativas de crecimiento del PIB y de inflación para 2022, mientras que ha recortado su previsión para el pasado ejercicio como consecuencia de los problemas de oferta que afectan a la economía mundial, al mismo tiempo que ha mantenido sin cambios su política monetaria.
De este modo, la institución espera que el PIB de Japón crecerá este año un 3,8%, frente al 2,9% de su anterior proyección, después de reducir al 2,8% desde el 3,4% la estimación de crecimiento de 2021. De cara a 2023, el BoJ ha recortado en dos décimas su anterior previsión de crecimiento del PIB, hasta el 1,1%.
En cuanto a la evolución de los precios, el banco central nipón ha confirmado su estimación para 2021 en el 0%, pero ha revisado dos décimas al alza la de 2022, hasta el 1,1%, y ha elevado una décima la expectativa para el año que viene, hasta el 1,1%.
“La tasa de crecimiento proyectada para 2021 es más baja debido a los efectos de las restricciones del lado de la oferta, pero la de 2022 es más alta, principalmente debido a los efectos de las medidas económicas del Gobierno y una recuperación en la producción para responder a la demanda”, ha explicado la institución.
Asimismo, el banco central ha precisado que la tasa de aumento del IPC proyectada para este año es algo más alta de lo anticipado, lo que refleja principalmente un aumento en los precios de las materias primas y el traspaso de ese aumento a los precios al consumidor.
En este sentido, la entidad espera que, aunque se prevé que disminuya la contribución positiva del aumento de los precios de la energía, la tasa de aumento del IPC se mantendrá “en torno al 1%” hacia el final del período de las proyecciones debido a la presión inflacionaria subyacente derivada principalmente de la mejora en la brecha del producto y un aumento en las expectativas de inflación de mediano y largo plazo.
Por otro lado, al término de su reunión de dos días, el BoJ ha decidido mantener su política monetaria, incluyendo un tipo de interés negativo del 0,1% en las cuentas mantenidas por las entidades en el Banco de Japón, así como la adquisición de deuda pública sin límites máximos para mantener en torno a cero el rendimiento del bono a 10 años.
Además, el instituto emisor japonés seguirá adelante con la compra de fondos cotizados (ETFs) a un ritmo anual de 12 billones de yenes (93.110 millones de euros) durante el tiempo que sea necesario.
“Por el momento, el Banco seguirá de cerca el impacto del coronavirus y no dudará en tomar medidas de relajación adicionales si es necesario”, ha subrayado la entidad, que prevé los tipos de interés oficiales a corto y largo plazo se mantengan “en sus niveles actuales o más bajos”.