MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
El Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) ha señalado que la desigualdad en la región es “muy alta” y se mantiene por encima de otras regiones, con una movilidad social muy baja, por lo que ha presentado su ‘Reporte de Economía y Desarrollo (RED 2022)’ en el que se evidencia que esta baja movilidad representa un “grave problema” para la equidad y para otros aspectos del desarrollo de la región.
“América Latina y el Caribe es desde hace décadas una de las regiones más desiguales del mundo. Esto sigue siendo cierto a pesar de los progresos económicos y sociales de los últimos veinte años, que no han bastado para deshacer las raíces profundas que tiene la desigualdad en nuestra región”, ha explicado el presidente ejecutivo de CAF, Sergio Díaz-Granados, durante la presentación del informe.
Entre los motivos, el informe destaca que la escasa movilidad es provocada por distintos tipos de riesgos, que no están asociados solamente a crisis macroeconómicas o a los peligros del cambio tecnológico, sino también a la situación sanitaria o al cambio climático.
Además, esta desigualdad, según apunta CAF, se asienta sobre raíces profundas que implican una transmisión de generación en generación. En concreto, el reporte presenta evidencias que indican que en América Latina las oportunidades se distribuyen de manera muy desigual entre personas provenientes de familias de diferentes niveles socioeconómicos.
OPORTUNIDADES LABORALES
Entre los esfuerzos a realizar para combatir esta desigualdad, el RED 2022 apuesta por enfocar las inversiones en grupos de población más vulnerables y en aquellas zonas geográficas más pobres. Esta focalización es “importante” ya que la localización geográfica de los padres también condiciona las oportunidades laborales de los hijos.
“Emparejar las oportunidades laborales requiere, en buena medida, disminuir las desigualdades entre regiones. Diferentes políticas pueden colaborar en este objetivo, como aquellas que mejoran la infraestructura urbana básica y los equipamientos clave para la provisión de servicios de educación, salud o seguridad pública”, ha afirmado la coautora del informe y economista principal de CAF, Lucila Berniell.
Bajo la óptica planteada en el reporte, políticas que usualmente no se piensan como promotoras de la movilidad social se convierten en “piezas centrales” del abanico de políticas para la igualdad de oportunidades. Este es el caso por ejemplo de las mejoras en la infraestructura de transporte público, que tienen el potencial de acercar oportunidades laborales de calidad a poblaciones que residen en zonas desaventajadas y alejadas de los centros productivos.
“El logro de una mayor movilidad social en la región está en manos de múltiples actores, tanto del sector público como del privado, imponiendo así el gran desafío de lograr los consensos necesarios para ampliar las políticas redistributivas que rompan los lazos intergeneracionales de la desigualdad”, concluye el informe.