El Consejo Ejecutivo del Riksbank, el banco central de Suecia, ha decidido este jueves mantener el tipo de interés de referencia para sus operaciones de refinanciación en el 0% y ha asegurado que no espera elevar el precio del dinero hasta finales de 2024.
De este modo, el banco central sueco se aleja de la postura mostrada por otros grandes bancos centrales como la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco de Inglaterra, que han expresado una mayor disposición a acometer subidas de los tipos de interés, alineándose con la posición del Banco Central Europeo (BCE), partidario de no apresurarse en subir los tipos en respuesta a la actual escalada de la inflación.
Asimismo, la institución ha confirmado que dejará expirar su programa de compra de activos, lanzado en marzo de 2020, el próximo 31 de diciembre, aunque ha anunciado que, “para compensar los próximos pagos del principal de la cartera de activos”, comprará bonos por importe de 37.000 millones de coronas suecas (3.629 millones de euros) durante el primer trimestre de 2022.
En su análisis, la institución destaca que las infecciones por Covid-19 están aumentando de nuevo en varias partes del mundo, llevando a reintroducir algunas restricciones, mientras que las fluctuaciones repentinas de la demanda tras la reapertura de actividad al final d elos confinamientos han creado cuellos de botella.
“Esto está creando vientos en contra para el crecimiento a corto plazo y, en combinación con el rápido aumento de los precios de la energía, ha provocado un repunte de la inflación en muchas partes del mundo”, ha señalado.
En el caso de Suecia, donde la subida de los precios alcanzó el 3,1% en octubre, el Riksbank prevé una caída de la inflación el próximo año, cuando confía en que los precios de la energía no aumenten tan rápidamente, y se resuelvan los cuellos de botella al normalizarse el ritmo de expansión económica.
De este modo, y para que la inflación se aproxime a la meta a largo plazo de la entidad, el banco central considera que las presiones sobre los costeos deben aumentar de manera más permanente. “Esto requiere un apoyo continuo de la política monetaria”, ha afirmado.
El Riksbank, considerado el banco central más antiguo del mundo, puesto que sus orígenes se remontan a 1668, también es una de las instituciones más innovadoras en la implementación de su política monetaria y ha sido uno de los pocos bancos centrales a nivel mundial, junto al Banco Nacional de Suiza, el Banco de Dinamarca, el Banco de Japón y el Banco Central Europeo que aplicó tipos de interés negativos en respuesta a la pasada crisis.
De hecho, en diciembre de 2019 se convirtió en la primera de las cinco instituciones en abandonar el terreno negativo al situar la tasa de referencia en el 0% desde enero de 2020, acabando así con la política de tipos negativos que mantenía la institución desde febrero de 2015.