MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
El Banco Central de Chile se muestra partidario de recortar los tipos de interés en 75 o 100 puntos básicos, con arreglo a la positiva evolución económica, aunque está alerta de cierta presión inflacionaria, que podría llevar a que la reducción sea de 50 puntos básicos.
Así se desprende del acta de la última reunión de política monetaria del organismo central, celebrada el pasado 2 de abril y en la que se decidió llevar los tipos al 6%, tras una reducción de 75 puntos básicos.
En dicho encuentro, todos los consejeros coincidieron en que los antecedentes acumulados desde la última reunión indicaban que la tasa debía seguir reduciéndose “a un ritmo importante”, siendo incluso “plausible” la opción de 100 puntos básicos.
Estas magnitudes reflejan “de mejor forma” el avance de la economía en la resolución de los significativos desequilibrios macroeconómicos y el proceso de convergencia inflacionaria, según ha sostenido el banco.
No obstante, uno de los consejeros llegó a plantear que podría considerarse una reducción de 50 puntos básicos en caso de ponderarse “más” el riesgo de mayores presiones inflacionarias.
SITUACIÓN FAVORABLE
Con todo, la situación económica en Chile parece favorable, tanto en lo que se refiere a la actividad como a la demanda interna, que dan cuenta de que se han resuelto los significativos desequilibrios de años previos que fueron la principal causa de la elevada inflación observada en años anteriores.
Asimismo, si bien la entidad ve posible que en el corto plazo se observe un aumento de la inflación, en el mediano plazo seguían operando fuerzas que la llevarán a la meta de 3% dentro del horizonte de política de dos años.
De este modo, por el momento todo parece apuntar que el próximo recorte podría volver a ser de 75 puntos básicos, ya que esta magnitud otorga “mayores grados de libertad” en caso de que algunos supuestos del escenario central no se cumplan según lo previsto, como el incremento de los precios, que es transitorio según la entidad.
Además, esta cifra coincide con lo que prevén los mercados, evitando sorpresas que pudieran afectar la correcta transmisión de la evaluación del consejo sobre el estado de la macroeconomía y la trayectoria prevista de la inflación.