Era un paso esperado, pero que no llegaba. Al final la FDA norteamericana ha dado el brazo a torcer y da autorización plena, no de emergencia, al tratamiento de Pfizer-Biontech. Con este paso, Estados Unidos también comienza la carrera para exigir la obligatoriedad de la vacunación a toda la población.
El hecho se ha producido este lunes en el que la agencia del medicamento de Estados Unidos ha concedido esa deseada por las empresas aprobación definitiva a la vacuna desarrollada por Pfizer y BioNTech para combatir la COVID-19, con lo que este fármaco se convierte en el primero en superar el uso de emergencia que inicialmente se le otorgó en el país norteamericano para agilizar el proceso de inmunización.
El permiso definitivo, aplicable para personas mayores de 16 años, supone un “hito”, como lo ha descrito la responsable en funciones de la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) norteamericana, Janet Woodcock. En este sentido, confía en que este paso conceda una “confianza adicional” en una vacuna que cumple “los máximos estándares de seguridad, eficacia y calidad de fabricación”.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha incidido en este enfoque, insistiendo en que “la aprobación de la FDA debería dar una mayor confianza de que esta vacuna es segura y efectiva”. “Si no te has vacunado aún, es el momento“, ha proclamado en Twitter Biden, que tiene previsto de hecho recibir una tercera dosis de refuerzo de la vacuna de Pfizer.
El Departamento de Defensa ha utilizado este anuncio para confirmar que avanzará para “hacerla vacuna obligatoria”, a la espera de conocer los detalles. En este sentido, un portavoz del Pentágono, John Kirby, ha afirmado en rueda de prensa que “en los próximos días” se ofrecerá un calendario preciso para completar esta obligatoriedad, según la cadena CNN.
La FDA otorgó la autorización de emergencia al fármaco de Pfizer el 11 de diciembre de 2020 y está catalogación seguirá siendo válida en el caso de personas de entre doce y 15 años –desde el 10 de mayo de 2021– o para las personas inmunodeprimidas en el caso de terceras dosis.
Además de la solución desarrollada por Pfizer y BioNTech, la agencia del medicamento de Estados Unidos también ha concedido el visto bueno a las de Moderna y Janssen, aunque estas dos últimas figuran igualmente dentro de la categoría de emergencia a la espera de que concluya la revisión en marcha.