Estados Unidos y China reanudaron en marzo las conversaciones sobre armas nucleares, aunque de un modo informal o semioficial. Era la primera reunión que celebraban tras cinco años. El motivo fue la seguridad de Taiwán, que Estados Unidos ve amenazada. En la reunión expresaron su preocupación por que China pudiera usar, o amenazar con usar, armas nucleares si viese probable una derrota en caso de conflicto con Taiwán; sin embargo, los representantes de Pekín garantizaron que no recurrirían a amenazas atómicas sobre la isla. Los delegados chinos se mostraron convencidos de que China prevalecería en una lucha convencional por Taiwán, por lo que no sería necesarias las armas nucleares.
En la reunión, celebrada en Shanghai, participaron media docena de delegados estadounidenses, entre los que se encontraban exfuncionarios y académicos, y otros tantos académicos y analistas por la parte de China, además de varios exoficiales del Ejército Popular de Liberación. Las conversaciones no son oficiales, pues no incluyen personas con autoridad suficiente, pero podrían ser el primer paso hacia una negociación formal.