MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
Ebury, la ‘fintech’ global especializada en pagos internacionales e intercambio de divisas controlada en su mayoría por Banco Santander, ha señalado en su informe de previsión sobre los mercados de divisas para 2024 que el euro mantendrá una tendencia alcista que le hará situarse en torno a los 1,1 dólares a lo largo del ejercicio, en tanto que para 2025 alcanzaría el rango de los 1,14 dólares.
El principal elemento sobre el que pivotarán los mercados en 2024 serán los bancos centrales, de los que Ebury ha apuntado que recortarán los tipos de interés, pero más lejos de lo que prevé con entusiasmo el mercado: “No nos dejamos llevar demasiado por las recientes cifras de inflación y sostenemos que la valoración que hace el mercado de la relajación de la política monetaria es ahora excesiva”.
En ese sentido, desde la ‘fintech’ han aducido que prevén que los tipos de interés se mantendrán elevados durante un tiempo en base a que los mercados laborales siguen fuertes, la caída del precio de la energía dejará de reflejarse en los índices de inflación que, además, deberán enfrentar la “última milla” hasta llegar al objetivo del 2% como la parte más dura y persistente.
Por ello, desde Ebury no esperan cierto grado de relajación de la política monetaria hasta el ecuador o la segunda mitad de 2024, mientras que el Banco Central Europeo (BCE) podría efectuar un primer recorte en primavera por el frenazo que sí ha acusado, a diferencia de EEUU, la economía de la eurozona.
En cuanto al Banco de Inglaterra (BoE, por sus siglas en ingles), la inflación subyacente persistentemente alta y las elevadas presiones salariales en el Reino Unido deberían retrasar el proceso de relajación hasta bien entrado el próximo año, según sus previsiones.
El estudio de Ebury ha remarcado a su vez que el crecimiento económico a escala global se ralentizará a medida que el endurecimiento de la política monetaria se transmita a las condiciones macroeconómicas, mientras que, de manera particular, la economía de EEUU debería registrar “una moderación relativamente significativa del crecimiento” que, pese a todo, no se traducirá en una recesión.
En lo referente al escenario asiático, Ebury ha comentado que uno de los mayores riesgos para la confianza de los mercados en 2024 seguirá siendo la evolución de la economía china, cuyos resultados han sido “decepcionantes” desde la supresión de las medidas en el marco de la política de ‘covid cero’ a finales de 2022.
“El gasto de los consumidores se tambalea, el crecimiento de las exportaciones se ha estancado y el sector inmobiliario sigue en una situación lamentable”, ha explicado la entidad para pronosticar que “será difícil” que la economía china registre una expansión cercana al 5% en 2024, en tanto que un crecimiento más próximo al 4% parece lo más probable.
Esta ralentización puede suponer un riesgo para las divisas de los mercados emergentes en 2024, sobre todo para las asiáticas que están más vinculadas a la demanda china, lo que podría limitar las ganancias en algunos casos y, potencialmente, provocar depreciaciones en otros.
Por otra parte, la compañía ha resaltado que el riesgo político “será protagonista” a finales de año con las elecciones presidenciales de Estados Unidos, previstas para noviembre, como el elemento clave a seguir.
Aunque quizá sea demasiado pronto, ha apuntado la entidad, se puede decir que los indicios de una carrera reñida antes del día de la votación pueden desencadenar una mayor volatilidad en las divisas y un brote de aversión al riesgo: “paradójicamente, esto podría ser positivo para el dólar, dada su condición de activo refugio; de hecho, la volatilidad del dólar a un año vista ya ha subido por encima de los plazos más cortos, en previsión de una contienda reñida el próximo noviembre”.
PERSPECTIVAS “LIGERAMENTE ALCISTAS” PARA MERCADOS EMERGENTES EN 2024
Ebury ha señalado que mantiene una opinión entre neutral y ligeramente alcista sobre la mayoría de las divisas de los mercados emergentes para 2024 pese a riesgos como que estas divisas se podrían ver afectadas por la mencionada ralentización de la economía china y la escalada de la guerra en Oriente Medio.
Con todo, mantienen esa previsión por vientos de cola como que los tipos de interés reales están aumentando en las economías en desarrollo y vuelvan a ser positivos, sobre todo en América Latina; y que los principales bancos centrales ya han concluido el ciclo de endurecimiento.
Además, han recordado que los precios de materias primas siguen siendo elevados -lo que beneficia a los emergentes dada su mayor dependencia de materias primas y de los ingresos por exportación- y que la disminución de las tasas de inflación y la relajación de la política monetaria respaldarán el crecimiento de los mercados emergentes.