MADRID, 31 (EUROPA PRESS)
La entidad de banca privada Diaphanum ha previsto este miércoles en un encuentro con los medios que, de cara a las inversiones ilíquidas en 2024, se decantan por realizar compromisos en capital riesgo (‘private equity’, en la jerga del sector) y en infraestructuras, opción esta última que estudian a través de la vía de la financiación.
El socio director de Diaphanum, Hugo Aramburu, ha expresado su convencimiento de que 2024 va a ser un buen año para la añada de fondos de capital riesgo mediante la premisa de que la rentabilidad mínima se situaría, descontada ya las comisiones, en un suelo del 15% y de “ahí para arriba”.
Por ponerlo en contexto, los expertos de la entidad han aducido que la mejor añada la realizaron los fondos de capital riesgo de Estados Unidos en 1990 con una rentabilidad promedio del 30%, en tanto que los rendimientos de las añadas del 20 y 21 en capital riesgo, a falta de las desinversiones que están pendientes de ejecutar, “no van a ser gloriosas” por el paso de tipos de interés cero a unos elevados y sus refinanciaciones.
Así, apuntan a que 2024 va a ser un buen año por la estabilización de la inflación, la normalización de los tipos de interés (no prevén recortes hasta la segunda mitad del año, elemento que haría repuntar las transacciones corporativas y la actividad e inversión) y por el ajuste en las valoraciones de la compañías.
Ligado a esto último, han apuntado que “ven un hueco de valor entre las cotizadas y las no cotizadas que creemos que se va a cerrar por el lado de las primeras y una recuperación de las no cotizadas, lo que nos reafirma en que puede ser un buen año para invertir en capital riesgo”.
Esta coyuntura es lo que te da “margen de decisión”, además de que “hay más oportunidades de inversión que capital disponible o, más bien, capital con ganas de invertir”, han afirmado los directivos que han llevado a cabo la ponencia.
Desde Diaphanum han apuntado que, en concreto, ven ajustes de valoraciones muy importantes en ‘venture capital’ (capital de más riesgo que se centra en empresas en etapas tempranas), un activo que podría jugar un papel en este ejercicio, si bien han remarcado en este ámbito hay que ser “muy prudentes”.
Con todo, buena parte de la estrategia de inversión en ilíquidos, de acuerdo al director de inversiones ilíquidas de la entidad, José Cloquell, se encontraría en el ‘private equity’ con preferencia en pequeñas y medianas compañáis con sólidos balances y necesidades de capital para ejecutar planes de crecimiento o adquirir competidores, entre otras. Además, ha remarcado que es fundamental la capacidad de aumentar la generación de flujos de caja.
Por el lado de los aspectos a vigilar, han apuntado a los riesgos de un endeudamiento excesivo y la liquidez artificial, así como un escenario ‘macro’ marcado por conflictos geopolíticos y que pueden afectar a los precios del crudo, así como una desaceleración económica (más acusada en Europa que en EEUU) y un ciclo electoral que atravesarán a todo el mundo a lo largo del año.
El otro segmento a seguir en 2024, según la entidad, se encontraría en las infraestructuras, con sesgo a las que ya están construidas, tras un 2023 marcado por la dificultad de captar recursos para ello: “hay que tener en cuenta de que necesitan mucho plazo”, han argumentado, así como de un desembolso importante, aunque cuentan con estabilidad y visibilidad en la generación de caja. Por otra parte, han señalado que la presión del endeudamiento en activos reales puede generar oportunidades.
Del lado contrario, Diaphanum se ha declarado menos optimista en el segmento inmobiliario (han apuntado a residencias universitarias, promociones de alquiler, etc.) ya que, aunque mantienen una visión similar a la de infraestructuras, “es necesario un ajuste que refleje la nueva realidad de costes de financiación”.
En la misma línea, han apuntado a la deuda privada, especialmente a la categoría de sénior -si bien pueden surgir este año oportunidades en deuda ‘distressed’, es decir, compañías en apuros-, a la que califican de una buena puerta de entrada para los activos ilíquidos después de que en 2023, casi el 60% del volumen de capital riesgo de las grandes gestoras de EEUU, fuese a parar a este activo para aprovechar el contexto de alzas de los tipos de interés.
Diaphanum ha expuesto además durante la comparecencia que ha logrado rebasar el hito de los 2.000 clientes y los 3.000 millones de euros bajo gestión, en tanto que la inversión en ilíquidos se incrementó un 30% en 2023.
Los ilíquidos, en los que la casa recomienda poner entre el 20% y el 30% del volumen a invertir para descorrelacionar respecto a activos tradicionales (bolsa, bonos, etc.) y reducir así la volatilidad, destacan por un elevado capital de entrada, en torno a los 100.000 euros, y un plazo temporal considerable, superior al lustro, en que el inversor no puede acceder a la liquidez.