El reciente debate electoral entre Kamala Harris y Donald Trump ha dejado una estela de tensión y controversia en Estados Unidos. No puedo evitar reflexionar sobre el tono bronco que dominó el encuentro y, en particular, sobre uno de los momentos más impactantes: la afirmación de Trump de que los inmigrantes “se están comiendo las mascotas” en el país. Es difícil no quedar atónito ante una declaración tan alarmista, y parece que no solo yo lo pensé, sino también JD Vance, quien tuvo que salir a matizar estas palabras, debilitando el mensaje que Trump intentaba transmitir.
Por otro lado, Kamala Harris se distanció tanto de Biden como de Trump con una frase contundente: “Yo no soy Biden y ciertamente no soy Trump”. Este fue su modo de posicionarse en un terreno propio, particularmente mientras defendía a la OTAN y pedía el fin del conflicto entre Israel y Hamás, un tema delicado y profundamente actual. Curiosamente, Trump también apostó por el fin de la guerra, pero su enfoque estuvo en Ucrania. A pesar de sus profundas diferencias, ambos candidatos coinciden en algo: sus políticas fiscales beneficiarán a la clase media y a la economía en su conjunto. Claro, falta ver cómo se materializarán esas promesas.
En un tema de política exterior que me parece central, Kamala defendió la salida de Afganistán, una decisión que respalda junto a Joe Biden por el ahorro económico que supuso para Estados Unidos. Pero fue otra de sus declaraciones la que agitó aún más las aguas: “Si Trump fuera presidente, Putin estaría sentado en Kiev ahora mismo”. Trump, como era de esperar, no tardó en responder a esta acusación, dejando claro que las tensiones entre ambos siguen al rojo vivo.
Las reacciones no se hicieron esperar, y una de las más destacadas provino de una de las voces más influyentes en el ámbito cultural: la cantante Taylor Swift. En sus redes sociales, mostró su apoyo firme a Kamala Harris para las elecciones de noviembre y lanzó un mensaje claro: “La forma más simple de combatir la desinformación es con la verdad”. En tiempos en los que la desinformación está tan presente, Swift apela a la responsabilidad de sus millones de seguidores.
Cambiando el foco a Europa, no podemos ignorar la crisis industrial que se profundiza en Alemania, sobre todo en el sector automotriz. BMW ha reducido sus objetivos anuales, y esto ha provocado una caída considerable en sus acciones. Lo preocupante es que no es solo BMW; Volkswagen ha dado un paso que ha generado tensiones al cancelar los acuerdos de blindaje laboral que protegían a algunos empleados hasta 2029, adelantando la fecha a junio de 2025. El canciller Olaf Scholz ha intentado mediar en este conflicto, pero queda claro que la situación en la industria alemana no es nada alentadora.
Y por si fuera poco, en Estados Unidos la Reserva Federal ha decidido reducir los requisitos de capital para los grandes bancos, del 19% al 9%. Este movimiento ha creado incertidumbre en los mercados, justo cuando se inicia el proceso de bajada de tipos de interés. No son pocos los que temen que esta combinación de decisiones pueda generar tensiones en el sector bancario. Lo que está claro es que tanto en Europa como en Estados Unidos, la economía global enfrenta retos que podrían tener consecuencias a largo plazo.
En definitiva, las tensiones en el panorama internacional y económico no dejan de crecer. Mientras Estados Unidos sigue dividido entre dos visiones de país en las elecciones, Europa lidia con su propia crisis. Las próximas semanas serán cruciales para ver cómo se desarrollan estos escenarios.