Ante el inicio de la vigésima novena cumbre mundial por el cambio climático, COP29, y con el dolor todavía latente por la DANA que ha devastado el sureste de la península española, los líderes mundiales instan a resolver los problemas de financiación que dificultan la transición de los países en desarrollo hacia energías renovables en búsqueda de frenar el calentamiento global.
“La crisis climática nos ha sacudido con extrema dureza en Valencia, y si no se actúa con firmeza, lo volverá a hacer. Esta DANA, que jamás olvidaremos, tiene que suponer un antes y un después y marcar el punto de inflexión en la comprensión de la sociedad de la emergencia climática que la ciencia lleva advirtiendo años”, ha declarado en un comunicado Pedro Zorrilla, representante de Greenpeace España en la COP29.
La Plaza de España en Madrid amaneció este martes con un cartel gigante de Greenpeace que proclamaba: “Frenar el cambio climático salva vidas”. En una publicación en su cuenta de X, la organización señaló: “Deben abrir los ojos y exigir a empresas de gas y petróleo que paguen por el daño que han hecho”.
“Vamos por el camino de la ruina”, alertó Mukhtar Bbayev, presidente de la COP29 y ministro de Ecología y Recursos Naturales de Azerbaiyán, durante la ceremonia de apertura de la cumbre. Esto haciendo referencia al inminente peligro de que la temperatura del planeta aumente 3ºC por encima de los niveles preindustriales, duplicando así el limite acordado en el Acuerdo de París de 2015.
De acuerdo con Francisco Pozo, responsable de la campaña contra los combustibles fósiles de Greenpeace, que la COP29 tenga lugar en un estado petrolero “es problemático”, según afirma al diario Público. En el caso de Azerbaiyán, informes del think thank Carbon Tracker han indicado que el objetivo y las políticas actuales de este país están lejos de ser coherentes con el límite de temperatura de 1.5ºC establecido en el Acuerdo de París. Además, el Instituto Internacional de Derecho y Medioambiente proyecta que las emisiones totales de gases de efecto invernadero de Azerbaiyán aumentarán en aproximadamente un 20% para 2030.
Esta no es la primera vez que la cumbre climática tiene como anfitriones a países cuya dependencia de los combustibles fósiles contradice los objetivos de la COP. Un claro ejemplo fue la cumbre del año pasado, organizada por los Emiratos Árabes Unidos, uno de los mayores productores de petróleo del mundo. En contraste, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, aprovechó la cumbre de este martes para anunciar la candidatura de Turquía como sede de la COP31.Turquía ha implementado un plan llamado “Proyecto Basura Cero”, que ha evitado la emisión de 5,9 millones de toneladas de gases de efecto invernadero, indicó Erdogan. En sus comentarios, el presidente también pidió que los responsables del grave desastre humanitario y ambiental en Gaza rindan cuentas ante el tribunal internacional.
Una de las principales críticas expresadas en los discursos de los líderes durante la apertura de la cumbre se ha centrado en la responsabilidad que los países más ricos tiene cobre el cambio climático. “Los contaminadores deben pagar”, afirmó Antonio Guterres, secretario general de la ONU, en su discurso inaugural, que subrayó la necesidad de unir la emergencia climática con las desigualdades sociales, ya que, como opinó, “los ricos causan el problema y los pobres pagan el precio más alto”.
Sumándose a este mensaje, el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, criticó a las naciones ricas, destacando la ausencia de los líderes clave. “Las personas responsables de esto están ausentes”, en alusión a la ausencia del presidente francés, Emmanuel Macron. Lukashenko también insistió en la urgencia de actuar en materia de financiación climática y dijo que “quien tenga que pagar, que pague”. Entre los lideres ausentes de los principales países emisores de gases de efecto invernadero son el presidente chino Xi Jinping, el estadounidense Joe Biden y el primer ministro indio Narenda Modi.