MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
La gestora de activos Cobas Asset Management ha advertido de que podría haber un endurecimiento de la presión sobre el precio de la energía durante los próximos meses y de que la situación podría alargarse varios años.
“La falta de inversión en energías fósiles durante los últimos años, junto a la fuerte recuperación de la demanda posCovid y la invasión rusa de Ucrania han puesto al sector energético al rojo vivo. Al mismo tiempo, el incremento de los precios energéticos y los problemas de suministro han acelerado el proceso inflacionario, encareciendo los costes de producción y alimentando protestas a lo largo y ancho de todo el mundo emergente”, ha explicado el miembro del equipo de inversión de Cobas AM, Juan Huerta de Soto.
Además, Huerta del Soto no descarta que estas protestas se extiendan a los países occidentales “si la complicada situación en la que se encuentran perdura en el tiempo”.
“La crisis energética, que no es otra cosa que una insuficiente provisión de energía fundamentalmente por la falta de inversión en los últimos años, está muy lejos de su fin e incluso puede que lo peor esté por llegar”, ha incidido.
La firma explica que la curva de precios del gas natural en Europa que se ha disparado, y esto parece indicar que la normalidad no se alcanzará hasta el año 2025.
A esto se suma la decisión de Rusia de cortar el suministro de gas a las economías europeas como elemento de presión, de manera que no puedan acumular suficientes reservas para hacer frente al invierno, un problema que se agravaría al cortar también el suministro de petróleo y carbón.
Las olas de calor y la sequía que ha sufrido el Viejo Continente tampoco han ayudado, en tanto que los suministros de petróleo siguen siendo insuficientes para calmar el mercado.
“El sector está muy estresado y se encuentra operando prácticamente a su máxima capacidad. La vuelta a la normalidad de China puede ser la puntilla para impulsar de nuevo al alza los precios”, ha señalado Huerta del Soto.
La firma ha alertado además del peligro de demonizar la inversión en materias primas. “Al habernos centrado en las nuevas fuentes de energía, demonizando y dejando de invertir en los combustibles fósiles, nos hemos puesto a nosotros mismos entre la espada y la pared”, destaca.