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La Reserva Federal de Estados Unidos se encuentra en una encrucijada, con el potencial de un choque con la administración de Donald Trump. A pesar de la insistencia del presidente en reducir drásticamente los costos de endeudamiento, el banco central se mantiene firme en su política monetaria y prevé mantener las tasas de interés sin cambios.
La presión de la Casa Blanca sobre la Fed
Desde su regreso al cargo, Trump ha impulsado agresivamente su agenda a través de diversas órdenes ejecutivas y ha dejado clara su postura respecto a la política monetaria. En recientes declaraciones, afirmó conocer mejor que la Fed la dirección adecuada para las tasas de interés y expresó su deseo de ver recortes significativos. Sin embargo, los analistas advierten que ceder a la presión política podría poner en riesgo la estabilidad económica y aumentar la inflación.
Jerome Powell, presidente de la Fed, se enfrenta a la difícil tarea de preservar la independencia del banco central mientras equilibra el crecimiento económico y el control de la inflación. Los expertos advierten de que cualquier interferencia política en la política monetaria podría generar efectos adversos.
Un aterrizaje suave bajo amenaza
Bajo la gestión de Powell, la Fed ha logrado reducir la inflación sin desencadenar una recesión, permitiendo que el banco central recortara las tasas en un punto porcentual el año pasado. Sin embargo, la inflación sigue por encima del objetivo del 2%, lo que justifica la prudencia en la toma de decisiones.
A pesar de ello, Trump ha insistido en la necesidad de recortes más rápidos y pronunciados. Lawrence Summers, exsecretario del Tesoro, advirtió que la presión presidencial sobre la Fed podría ser contraproducente: “La Reserva Federal no escuchará. Estas intervenciones públicas de los gobiernos pueden ser fácilmente dañinas”.
Históricamente, los bancos centrales han operado de manera independiente para evitar episodios de inflación incontrolada, como los vividos en las décadas de 1970 y 1980. Sin embargo, líderes como el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan han demostrado como la interferencia política puede minar la confianza del mercado y generar inestabilidad económica.
Factores que podrían frenar los recortes de tasas
A pesar de la previsión de dos recortes de tasas en 2025, varios factores podrían alterar esta proyección. Las políticas de Trump, como nuevos aranceles y recortes fiscales, podrían generar presiones inflacionarias, dificultando la reducción de los costos de endeudamiento.
Summers señaló que el comportamiento de los mercados también será un factor clave: “A menos que haya un colapso en la exuberancia del mercado financiero, la Fed tendrá dificultades para recortar las tasas tanto como se espera”.
Por su parte, Powell parece decidido a evitar que la Fed sea percibida como una entidad que cede ante la presión política. Se espera que en su próxima conferencia de prensa evite mencionar directamente a Trump y mantenga el enfoque en los datos económicos como base de sus decisiones.
La independencia de la Fed en juego
Los economistas advierten que si la Fed cede a las demandas de Trump, podría poner en riesgo su credibilidad y su capacidad para controlar la inflación.
A pesar de sus exigencias, Trump ha indicado que no destituirá a Powell antes de que su mandato termine en mayo de 2026. No obstante, el presidente de la Fed ha dejado claro que luchará legalmente si se intenta destituirlo antes de tiempo.
La tensión entre la Reserva Federal y la Casa Blanca es un reflejo del eterno dilema entre política y economía. La independencia del banco central es crucial para garantizar la estabilidad financiera, y ceder a presiones externas podría desencadenar efectos adversos a largo plazo. Powell y su equipo tienen la difícil tarea de navegar este escenario sin comprometer su credibilidad, mientras que Trump buscará impulsar medidas que refuercen su agenda económica.