MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
La economía china continuará desacelerándose de cara al año que viene, pero ofrecerá algunas oportunidades en renta fija soberana, que “presenta una correlación negativa con los principales activos de riesgo”.
Algunas firmas de inversión parecen haber mejorado sus perspectivas para el gigante asiático en los últimos meses gracias a la mejora de algunos datos macroeconómicos, pero no es el caso de Generali Investments, que ha rebajado su previsión de crecimiento para China al 2,7% en 2022 frente al 3,2% previo y al 5,1% en 2023.
El economista sénior de la firma, Christoph Siepmann, ha explicado que después de que China se recuperase durante dos meses de los confinamientos por la Covid-19, la aceleración “sufrió un pronunciado retroceso en verano”.
“No hay una razón única y clara para esta evolución, pero los confinamientos locales relacionados con la Covid (que han vuelto a aumentar), los vientos en contra del sector inmobiliario junto con las sequías y el deterioro del estado de ánimo contribuyeron claramente. Todavía no se sabe si la recuperación se reanudará”, ha destacado Siepmann.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) es un poco más pesimista que Generali Investments, y en julio rebajó su previsión de crecimiento para el país hasta el 4,6%.
El contexto económico actual en el país es muy distinto a los que se dan en otras economías: el Banco Popular de China sorprendió al mercado recortando los tipos de interés en agosto por tercera vez este año frente a las subidas de los bancos centrales de Estados Unidos, Reino Unido o la Eurozona.
Según ha explicado Fidelity en un comentario reciente, esa bajada se debe a la desaceleración continua del crecimiento por el parón inmobiliario, la debilidad del consumo y los confinamientos por el Covid-19, en tanto que el deterioro de las exportaciones debido a la caída de la demanda externa también pesó en las perspectivas económicas.
“Reactivar el crecimiento se ha convertido en una cuestión de la máxima prioridad y las autoridades monetarias chinas, a diferencia de sus homólogas estadounidenses y europeas, cuentan con la enorme ventaja de que la inflación interna se mantiene por debajo del 3%”, ha añadido la firma.
Ante esta situación, Fidelity cree que hay una alta probabilidad de nuevos recortes de los tipos de interés en China a corto plazo, lo que sostendría el mercado interno de bonos chinos, pero también podría causar un debilitamiento del yuan frente al dólar.
Por otra parte, los inversores estarán pendientes de la celebración del XX Congreso del partido Comunista chino, que comenzará el próximo 16 de octubre y en el que podría decidirse si el actual presidente chino, Xi Jinping, es elegido para un tercer mandato.
OPORTUNIDADES EN RENTA FIJA
Diogo Gomes, de UBS AM para España y Portugal, ha señalado que en este contexto la firma anima a los inversores a considerar la posibilidad de diversificar sus carteras de renta fija mediante la inversión en bonos chinos ‘onshore’.
“Actualmente presentan una correlación negativa con los principales activos de riesgo (renta variable y crédito), al tiempo que presentan una baja volatilidad y ofrecen ingresos nominales y reales, características que consideramos de naturaleza más estratégica que las meras asignaciones tácticas”, ha incidido.
Para Gomes, su atractivo es “particularmente interesante” en la coyuntura actual desde la perspectiva de los inversores extranjeros, “que tienen la oportunidad de generar rentabilidades adicionales simplemente cubriendo el riesgo de divisa”.
El gestor de la Abrdn, Kennet McMillan, destacó en una entrevista reciente con Europa Press los bonos de mercados emergentes emitidos en moneda local, que tienen una volatilidad “moderada” en comparación con la renta variable y reducen las pérdidas potenciales al 10% frente al 42% medio de las acciones.
Los analistas no son tan optimistas respecto a la renta variable, aunque desde el banco privado suizo Julius Baer sostienen que el Congreso que se celebra en una semana podría “eliminar algunas incertidumbres para el mercado”.
POLÍTICA COVID CERO Y DISRUPCIONES LOGÍSTICAS
La política de Covid cero en el país y las disrupciones de la cadena de suministro que se vienen arrastrando desde la pandemia son otros de los factores que pueden influir en la ralentización de la economía china, si bien este segunda parece estar mejor que hace unos meses.
Desde el agente de compras en China MarOla Export, han señalado que las fábricas del país han atendido su producción como en épocas anteriores a la pandemia salvo contadas excepciones, y solo habrían ampliado algún plazo de producción, pero “nada significativo”.
No obstante, MarOla Export ha explicado que las fábricas del país pueden haber perdido clientes que hayan ido a buscar productos en otros mercados dado el actual contexto. De todas formas, “una vez solventado, los clientes seguramente retomarían sus relaciones con sus proveedores chinos”, ha añadido la compañía.
DUDAS SOBRE EL SECTOR INMOBILIARIO
El sector inmobiliario chino ocupó los titulares de la prensa económica hace unos meses: Evergrande, una de las mayores promotoras inmobiliarias del país, reconoció en octubre del año pasado el riesgo de incurrir en impago ante las dificultades para obtener la liquidez necesaria por la suspensión de los trabajos en varios de los proyectos desarrollados por la compañía.
La inmobiliaria china Sinic también anunció hace un año que no podrá hacer frente a tiempo a las obligaciones de pago con sus bonistas ‘offshore’ ante la falta de liquidez.
El director de inversiones de renta variable asiática de Abrdn, James Thom, señaló en un comentario a principios de año que este sector continuará sometido a presiones, aunque aún hay quien cree que este ofrece aún muchas oportunidades si se es selectivo.