China está a punto de marcar un hito histórico en la industria automotriz. Por primera vez, las ventas de vehículos eléctricos en el país superarán a las de los automóviles con motores de combustión interna en 2025, consolidando su posición como el líder mundial en la transición hacia una movilidad más sostenible. Este cambio no solo supera las proyecciones internacionales y los objetivos de Pekín, sino que también coloca a China años por delante de sus contrapartes occidentales en la adopción de tecnologías de transporte limpio.
Crecimiento acelerado de los vehículos eléctricos
Se estima que las ventas de VE, que incluyen tanto modelos de batería pura como híbridos enchufables, crecerán un 20% interanual en 2024, alcanzando los 12 millones de unidades en 2025. Esta cifra representa más del doble de los 5,9 millones vendidos en 2022, según informes de bancos de inversión como UBS y HSBC, y grupos de investigación como Morningstar y Wood Mackenzie.
En contraste, las ventas de automóviles tradicionales continúan su declive, con una caída proyectada de más del 10% en 2024, situándose por debajo de los 11 millones de unidades, una disminución significativa frente a los 14,8 millones vendidos en 2022.
Factores detrás del auge chino
El éxito de China en la electrificación de su industria automotriz se debe a varios factores clave:
- Desarrollo tecnológico y cadenas de suministro: China ha logrado dominar la tecnología de VE y establecer cadenas de suministro globales para recursos críticos como las baterías, reduciendo costos de producción y ofreciendo precios competitivos a los consumidores.
- Apoyo gubernamental: Pekín ha impulsado políticas de subsidios e incentivos fiscales para fomentar la adopción de VE, además de establecer ambiciosos objetivos de electrificación. Aunque la meta oficial era que los VE representaran el 50% de las ventas de automóviles para 2035, las proyecciones sugieren que esta cifra se alcanzará una década antes.
- Escala industrial: La capacidad de producción en masa de China ha permitido lanzar una amplia variedad de modelos al mercado, incentivando la competencia y beneficiando a los consumidores con una mayor oferta y precios más accesibles.
Retos y rivalidades
Aunque el mercado de VE en China se encuentra en pleno auge, también enfrenta desafíos. La intensa competencia entre fabricantes locales ha llevado a una saturación del mercado, con un exceso de modelos disponibles y guerras de precios.
A nivel internacional, el ascenso de la industria china de VE amenaza a fabricantes tradicionales de países como Alemania, Japón y Estados Unidos. La participación de mercado de las marcas extranjeras en China ha caído al 37%, desde un 64% en 2020, según datos de Automobility. Grandes nombres como General Motors, Volkswagen, Nissan y Honda están enfrentando pérdidas significativas y reestructuraciones para adaptarse a un mercado “drásticamente cambiante”.
Mirando hacia el futuro
El panorama para los próximos años es de agitación e innovación. Aunque la política económica de China podría generar cierta incertidumbre en 2025, se espera un repunte en las ventas de VE hacia finales de ese año, impulsado por la expiración de subsidios y la introducción de un impuesto del 5% a partir de 2026.
Además, los fabricantes han planeado el lanzamiento de cerca de 90 nuevos modelos de automóviles en China en el último trimestre de 2024, de los cuales casi el 90% serán eléctricos.
Un gigante imparable
La revolución de los VE en China representa no solo un cambio en la industria automotriz, sino también un modelo de éxito en la transición energética. Con este ritmo de innovación y expansión, el gigante asiático está consolidando su posición como líder global en vehículos eléctricos, marcando un precedente para el resto del mundo en la carrera hacia un futuro más sostenible.